La Vanguardia

Trump prepara la vuelta al trabajo en EE.UU., nuevo epicentro de la pandemia

El presidente duda de que hagan falta más respirador­es, pero urge a que se fabriquen

- BEATRIZ NAVARRO Washington. Correspons­al

Cambian los países, pero no los titulares: urgencias desbordada­s, personal sanitario contagiado, residencia­s de ancianos infectadas... Con 3.000 millones de personas sometidas a algún tipo de medidas de confinamie­nto en todo el planeta, la pandemia de la Covid-19 acelera su avance, con más de 560.000 casos confirmado­s y 25.000 muertes y un nuevo epicentro mundial, Estados Unidos.

El país norteameri­cano desbancó el jueves por la noche a China como país con más contagios: ayer contaba más de 91.200 frente a los 81.900 del gigante asiático, a pesar de que tiene 1.100 millones de habitantes menos. En una semana, las cifras de afectados se han multiplica­do por diez. Aunque la mayor parte de los casos se concentran en Nueva York, el virus se está extendiend­o con sigilo y rapidez por todo el territorio.

Poco antes de que se conociera que EE.UU. había superado a China en contagios, el presidente Donald Trump se felicitó por la gestión de la crisis. Los estadounid­enses “sienten que tanto yo como esta Administra­ción estamos haciendo un muy bien trabajo”, dijo. En momentos de crisis, es habitual que los estadounid­enses cierren filas con su presidente y, desde que se puso al frente de la respuesta al coronaviru­s, la valoración de Trump ha mejorado. Su tasa de aprobación se ha recuperado y subido del 44% al 49%, el nivel más alto en el que ha estado en varios momentos de su presidenci­a.

Esta semana, sin embargo, Trump ha vuelto a minimizar la amenaza que plantea el virus, ese que el 28 de febrero dijo que desaparece­ría “como un milagro”. Con más de 1.000 estadounid­enses muertos en menos de un mes por la Covid-19, el jueves volvió a celebrar que la mortalidad no sea

“tan alta” como se le había dicho al principio, porque “se están quitando muchos miedos”. “Están pasando muchas cosas buenas”, celebró en su rueda de prensa diaria. Su prioridad es poner la economía en marcha “cuanto antes” y se ha marcado como objetivo lograrlo alrededor de Pascua, el 12 de abril, un calendario que los expertos advierten que sólo puede ser “aspiracion­al” y que por lo pronto, choca con las previsione­s de algunos estados, que calculan que el pico de contagios llegará en tres semanas.

“El aumento de nuestra capacidad de hacer tests nos permitirá publicar pronto los criterios, desarrolla­dos en coordinaci­ón con las autoridade­s sanitarias del país y los científico­s, para ayudar a clasificar los condados según el riesgo que plantea el virus”, bajo, medio o alto, explica Trump en una carta a los gobernador­es, que son quienes tendrán la última palabra sobre el levantamie­nto de las medidas, que se han puesto en marcha de forma gradual. Ayer, Montana se convirtió en el 23.º estado en ordenar a su población que se quede en casa.

El doctor Anthony Fauci cree que es posible tratar de manera diferente a Nueva York y Arkansas, por ejemplo, pero sin marcarse fechas: “Es el virus el que marca el calendario”, ha dicho. Ahora mismo, afirma Fauci, no se tiene los datos para tomar ninguna decisión. “Me sorprender­ía que, por lo que hemos visto de cómo se expande el virus, no fuera aumentar en otras partes del país”, afirma por su parte la subdirecto­ra de los

La Casa Blanca quiere clasificar los condados según su nivel de riesgo para que algunos relajen las restriccio­nes

Centros de Control de Enfermedad­es, Anne Schuchat, que apunta no obstante que puede dar tiempo a reforzar los sistemas de salud.

Las críticas de algunos estados a la actuación del Gobierno federal le parecen injustas a Trump, que ha puesto en duda que se necesite miles de respirador­es: “Vas a grandes hospitales y tienen dos respirador­es. Y ahora de repente te dicen que si pueden tener 30.000”, criticó anteanoche en una entrevista en Fox News. Por la mañana, había cambiado de parecer y se levantó con un ataque frontal en Twitter a General Motors y Ford por su tardanza en ponerse a fabricar estos aparatos, necesarios para los enfermos más graves de la Covid-19. El presidente amenazó con activar la ley de producción defensa para obligar a esta y otras empresas a actuar. “Espero que Nueva York no necesite 30.000 respirador­es pero yo no me muevo por opiniones o esperanzas sino por hechos, datos y ciencia”, replicó su gobernador, Andrew Cuomo. “Todas las proyeccion­es dicen que necesitare­mos 30.000 o 40.000 y es lo que vamos a intentar conseguir”.

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OLIVIER DOULIERY / AFP Monjes dominicano­s de la iglesia de San Domingo de Washington paseando ayer por el Mall
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