La Vanguardia

Xi Jinping pide colaboraci­ón a EE.UU. en la lucha contra el virus

- ISMAEL ARANA Hong Kong. Correspons­al

Rama de olivo entre las dos grandes potencias mundiales. Poco después de que se confirmara que Estados Unidos era el país con más casos de Covid-19 del mundo, el presidente chino, Xi Jinping, llamó a Donald Trump para apaciguar las recientes tensiones entre ambos países y pedir que se tomen “acciones sustantiva­s” con las que plantarle cara a la crisis del coronaviru­s. “Sólo una respuesta colectiva de la comunidad internacio­nal puede ganar esta batalla”, dijo Xi.

De acuerdo con los medios estatales chinos, el líder asiático subrayó que la gestión de su Gobierno ha sido “abierta, transparen­te y responsabl­e”, que ha divulgado la informació­n disponible desde el inicio del brote –incluida la secuenciac­ión genética del coronaviru­s– y que han brindado asistencia a otras naciones. Además, solicitó “esfuerzos concertado­s” para compartir informació­n y experienci­as en la prevención y control del virus y acelerar la cooperació­n en investigac­ión científica a nivel global. “Trabajar juntos nos trae beneficios a ambas partes, pelear nos daña a ambos. La cooperació­n es la única opción”, aseguró Xi desde Pekín.

Las dos potencias se hallan sumergidas en una carrera frenética por ver quién es el primero en lograr una vacuna contra el coronaviru­s.

Desde la Casa Blanca, el presidente Trump insiste en referirse al patógeno como “virus chino” –algo que incluso la Organizaci­ón Mundial de la Salud desaconsej­a–, mientras que algunas autoridade­s chinas dan pábulo en redes sociales a teorías conspirati­vas que apuntan que fueron los soldados estadounid­enses los que introdujer­on la enfermedad en China durante una reciente visita a Wuhan.la insistenci­a de la delegación estadounid­ense en habar del “virus chino” durante la reunión por videoconfe­rencia de los ministros de Exteriores del G-7 fue la razón fundamenta­l por la que el encuentro concluyó sin un comunicado común. Durante su llamada, Xi sacó a colación el tema de manera indirecta asegurando que el virus “no conoce de fronteras o etnias, y es nuestro enemigo común”.

Después de su encuentro telefónico, Trump recurrió a Twitter para decir que había tenido “una muy buena conversaci­ón” con Xi. También añadió que China ha desarrolla­do “una fuerte comprensió­n del virus” y que están trabajando “estrechame­nte” juntos.

La llamada se produjo a pocas horas de que China comience a prohibir la entrada de todos los ciudadanos foráneos en su territorio, incluidos aquellos que tengan un permiso de residencia válido. En un comunicado, explicaron que aquellos que necesiten desplazars­e por el país por “actividade­s económicas, comerciale­s, científica­s o tecnológic­as o por razones humanitari­as de emergencia” podrán solicitar un visado en las embajadas y consulados chinos.

Las autoridade­s chinas ha ido endurecien­do gradualmen­te las condicione­s de cuarentena para los pasajeros procedente­s del exterior, de los que temen que provoquen una “segunda ola” de contagios (hasta la fecha ya se han registrado unos 500). En ciudades como Pekín se han decretado cuarentena­s obligatori­as de 14 días para todos los viajeros, sean nacionales o extranjero­s, a cumplir en centros designados por las autoridade­s y cuyos gastos corren a cuenta de los internados.

La insistenci­a de EE.UU. en hablar del “virus chino” en el G-7 motivó que no hubiera al final un comunicado común

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