Rueda de prensa diaria y un consejo de Turull
Varios centenares de piezas doradas esperan en una caja a que Meritxell Budó encuentre un rato este fin de semana para darles sentido. Montar el puzle del cuadro El Beso, de Klimt, es una actividad que quiere compartir con su hijo. También han empezado a ver por las noches la serie Merlí. Poder pasar más rato juntos es la contrapartida al encierro obligado por el coronavirus.
Aunque la consellera de Presidència
y portavoz del Govern no tiene demasiado tiempo de ocio. Cada mañana comparece en rueda de prensa desde el Palau de la Generalitat, para informar del día a día de la crisis sanitaria. Por la tarde ya se queda en casa, en La Garriga, donde continúa su jornada laboral. “El día se alarga porque esto del teletrabajo da para mucho”, constata.
Su agenda arranca a las 8.30 h, desde casa, donde tiene la primera videoconferencia con su equipo, con el president Quim Torra, con algunos consellers, dependiendo del día, para encarar la agenda de la jornada y poner sobre la mesa las novedades. A las 10.30 h va en coche a Palau. “Allí sólo me relaciono con tres personas. Preparamos la rueda de prensa diaria, con videoconferencias con los departamentos de la Generalitat para recoger datos y ponerlos en común, e incluso nos ocupamos de los aspectos técnicos de la conexión”, detalla.
Con la crisis sanitaria en un punto álgido, Budó expresa su preocupación también por el golpe económico y social que vendrá después. “El miedo a veces te paraliza, pero tendremos que hacer frente a esos escenarios también. Quiero trasladar un mensaje positivo y agradecer la corresponsabilidad de la gente, están entendiendo que hay que quedarse en casa. Pero que no parezca frívolo, muchos sufren, han perdido a personas queridas, y tenemos que acompañarles”, subraya.
En su caso, señala que, pese a la vorágine del trabajo, en los ratos de descanso se receta paciencia. “Y recuperar esos ratitos que dejas de pasar con los hijos, sobre todo cuando se hacen mayores”, explica.
Lo que más echa en falta ahora es la libertad de movimientos. “No poder salir a correr, no poder encontrarte con las personas que quieres”, señala. Es lo primero que hará cuando se levante el confinamiento.
Mientras, sigue un consejo que sirvió a su antecesor, Jordi Turull, para soportar la cárcel. “Hacer planes sólo a corto plazo, ‘qué haré mañana’, te permite ir pasando el día a día y no pensar que te queda una eternidad por delante. A él le ha servido y quiero explicarlo”, subraya.