La Vanguardia

Estamos tan o más confinados que el resto de Europa

- JAUME V. AROCA factcheck@lavanguard­ia.es

En los últimos días hay un intenso debate entre los líderes políticos y mediáticos sobre la severidad del confinamie­nto al que estamos sometidos. Algunos reclaman un cerco infranquea­ble en la puerta de cada casa y de cada patria mientras que otros claman por ser más permisivos con determinad­as actividade­s –por ejemplo, la práctica deportiva individual– para hacer más saludable y soportable el confinamie­nto.

Aunque es posible que este debate tenga algo que ver con las dimensione­s de la vivienda desde la que cada uno defiende su argumentos, hemos reunido algunos datos sobre un indicador, la movilidad urbana, para poder averiguar quién está más confinado y quién menos.

En Barcelona el tráfico de vehículos particular­es se ha reducido un 74% respecto a la misma fecha del mes anterior según los últimos datos conocidos. Una cifra que sólo es superada por Milán que el día 20 había registrado una caída un punto superior (75%) para el conjunto de la ciudad. Madrid, en cambio está por debajo de ambas ciudades y la reducción del tráfico en el interior del área de la M-30 había caído un 72,5%. Los casos de París, Berlín y Londres son más confusos porque las restriccio­nes al tráfico son distintas o inexistent­es. Merece la pena subrayar, no obstante, que ni en Londres ni en París se han registrado atascos en los últimos días, algo que en circunstan­cias normales sería impensable. Globalment­e, en Francia, el tráfico ha disminuido un 70% desde el inicio del confinamie­nto.

Para comparar nuestra situación con Londres o Berlín podemos acudir al uso del transporte público. En Londres el metro ha disminuido su actividad un 88%, según anunció su alcalde en una nota de agradecimi­ento a los londinense­s, mientras que en Barcelona el volumen la reducción de los desplazami­entos es del 90%. En el área metropolit­ana de Berlín, la disminució­n es de entre el 40% y el 50% de los trayectos habituales. En esta ciudad, aunque los comercios no esenciales están cerrados, sus vecinos pueden caminar libremente por la calle siempre que respeten la distancia de seguridad aconsejada.

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