Trump acusa a GM de mantener cerrada una planta “estúpidamente”
“General Motors debe abrir de inmediato su estúpidamente abandonada planta de Lordstown en Ohio, o alguna otra planta, y comenzar a fabricar respiradores ahora mismo”. Fue el colofón de la intensa campaña de presión que Donald Trump protagonizó ayer en Twitter contra General Motors y su presidenta, al tiempo que animaba también a Ford a contribuir en la producción de respiradores.
El presidente estadounidense no escamoteó críticas contra Mary Barra, presidenta y consejera delegada de GM, a la que acusó de incumplir su compromiso de donar 40.000 ventiladores para ayudar en la lucha contra la pandemia del coronavirus. “Como es habitual con esta General Motors, las cosas nunca parecen funcionar. Dijeron que iban a darnos 40.000 respiradores muy necesarios, muy rápidamente. Ahora aseguran que sólo serán 6.000 a finales de abril y quieren un dólar fuerte. Siempre un desastre con Mary B.”, criticó Trump en la red social, antes de invocar la ley de producción de defensa, que permite al Gobierno obligar a las compañías a producir material sanitario para superar la crisis.
Al igual que en Europa, y con anterioridad en China, las fábricas automovilísticas de Estados
Unidos han cerrado temporalmente ante el progreso de la pandemia, lo que afecta a varios centenares de miles de trabajadores, mientras en los hospitales se agudiza la carencia de suficiente material sanitario.
Por primera vez, ayer una compañía ofreció cifras sobre el coste que supone esta paralización global. Herbert Diess, presidente de Volkswagen, explicó que detener la producción en ambos lados del Atlántico le cuesta al grupo 2.000 millones de euros por semana.
Diess señaló, en declaraciones a la cadena alemana ZDF, que el consorcio alemán puede soportar esa factura durante varias semanas o meses, pero “no indefinidamente”. Aunque aseguró que el grupo dispone de una posición financiera sólida, no descartó “medidas estructurales” si la crisis se prolonga durante muchos meses. No obstante, explicó que Volkswagen ya se está preparando para reanudar las operaciones en sus fábricas, siempre siguiendo las recomendaciones sanitarias para evitar contagios.
Por su parte, el director financiero y de Tecnologías de la Información del grupo, Frank Witter, aseguró en otra entrevista que Volkswagen no necesitará apoyo financiero del Gobierno alemán, al margen de las prestaciones que recibirán sus empleados ahora en paro temporal. “Visto desde la perspectiva de hoy, lo descarto. En la división de automóviles tenemos un sólido flujo de caja y una liquidez adecuada”, dijo Witter. Volkswagen estima ahora que mantendrá cerradas sus plantas alemanas hasta el 9 de abril, cuatro días más de lo previsto.
Carlos Tavares, presidente de PSA, también advirtió hace unos días de que una empresa como la suya no puede resistir mucho tiempo sin ingresos. En un mensaje a la plantilla, Tavares recordó que cuando la compañía tomó la decisión el pasado día 16 de detener la producción de todas las plantas en Europa, las ventas ya caían un 90%. “El choque ha sido, por lo tanto, extremadamente violento y brutal para todos nosotros”, remarcó. PSA se encuentra en proceso de fusión con FCA.
Volkswagen cifra en 2.000 millones de euros a la semana el coste de tener sus fábricas cerradas