Terapia aplicada al mundo
Jared Diamond analiza cómo los países se enfrentan a las crisis
JORDI AMAT
En 1972 el Partido Laborista empezó a gobernar en Australia. En tan sólo 19 días el primer ministro adaptó medidas de profundo alcance. La transformación desde la política no estaba desconectada del presente; de hecho, como dijo, se trataba de reconocer institucionalmente lo que ya estaba pasando a la realidad. De inmediato, sin haber nombrado aún gobierno, ya cambió en buena medida las relaciones de su país con el mundo: retirada de tropas en Vietnam, reconocimiento diplomático de China, concesión de la independencia a Papúa Nueva Guinea, prohibición de la entrada en el país de atletas de aquellos estados donde imperara la selección racial... Una vez que contó con ministros, siguió con el ritmo: decretó la igualdad salarial entre hombres y mujeres, cambios en la educación, exigencia de estudios sobre el impacto ambiental de las explotaciones industriales...
La suma de cambios selectivos, que se introdujeron con una rapidez excepcional, sería la acertada respuesta a una crisis de identidad. Había estado incubándose durante décadas –y estaba vinculada, en buena medida, a la relación del país con el Reino Unido– y los cambios fueron resultado de una autoevaluación realista. Estos conceptos –conciencia de crisis, autoevaluación, cambios selectivos...– no me los saco de la chistera. Pertenecen a la terapia para resolver crisis personales. Y es esta terapia, aplicada no a individuos sino a estados, la que el científico y geógrafo Jared Diamond (Boston, 1937) ha usado para entender cómo algunos países se han enfrentado a crisis, cómo las han abordado (si lo han hecho) y por qué lo han hecho de una manera y no de otra.
Como ensayo de no ficción global, cos
mopolita, el libro es magnético y pretencioso. Demasiado. Podríamos describirlo como un ambicioso ejercicio de historia comparada del siglo XX, con una única excepción (el Japón de los Meiji). Los otros casos que aquí estudia este académico, premiado y prestigioso, son del siglo pasado. Desde el Chile del golpe de Estado, haciendo una lectura crítica de medidas de Allende, a la Alemania que consigue reunificarse. De Indonesia a Finlandia, caracterizada como un caso ejemplar de actuación sagaz en función de la amenaza que pueden representar los vecinos (básicamente Rusia) y fundamentada con una madura y comprometida identidad nacional. De cada uno de estos países Diamond hace una síntesis histórica interrelacionada con su posición en el mapa, señala los problemas centrales que sufrían y, en función de aquella plantilla psicológica, dice si tenían o no bastante fortaleza para responder a ellos.
En Estados Unidos se distribuyó en mayo. Encajaba con la reflexión que se ha elaborado como respuesta a Trump. Aparte del planteamiento comparativo, su singularidad era que no intervenía en
el debate tanto desde la ideología como desde la realpolitik. E incluso desde esta óptica constataba que uno de los problemas principales de su país era la degradación del sistema democrático (polarización, malas prácticas electorales...). No era el único lugar donde identificaba crisis. En Japón, por ejemplo, diagnosticaba otra porque no estaba evaluando correctamente sus males y por eso no se estaban tomando medidas sanadoras (para favorecer la inmigración, para facilitar una integración equitativa de la mujer en el trabajo). Pero la cuestión, ahora, es si esa lectura aún es pertinente cuando todo el orden de preocupaciones se ha alterado. ¿Qué quedará?
Crisis es el primer libro que leo confinado e incluso así vale la pena leerlo: en la parte final, salta de los problemas de los estados nación ala globaliza cióny plantea caminos de solución.
Jared Diamond
Crisis. Cómo reaccionan los países en los momentos decisivos DEBATE. TRADUCCIÓN:MARÍA SERRANO. 524 PÁGINAS. 12,99 EBOOK