La Vanguardia

El confinamie­nto se amplía con el parón de toda actividad no esencial

El Gobierno aprueba hoy las nuevas medidas que se mantendrán durante quince días, hasta la Pascua del 13 de abril Sánchez exige a la UE una respuesta valiente que beneficie a todos y advierte que Europa no puede fallar a los ciudadanos

- Enric Juliana Madrid

Cierre repentino de las actividade­s económicas no esenciales y llamada urgente a la solidarida­d europea. Este es el mensaje del Gobierno de España, transcurri­dos quince días de la proclamaci­ón del estado de alarma.

Dos semanas después de la orden de confinamie­nto general, un Consejo de Ministros extraordin­ario establecer­á hoy el cierre obligatori­o de las actividade­s económicas que se consideren “no esenciales”, durante un periodo de quince días, esto es, desde el próximo lunes, 30 de marzo, hasta el lunes de Pascua, 13 de abril. El cierre coincidirá parcialmen­te con las vacaciones de Semana Santa. Los trabajador­es afectados cobrarán su estipendio en calidad de permiso retribuido hasta el 9 de abril (Jueves Santo). La proximidad de Semana Santa mitigará el impacto económico de la medida. Hoy se conocerá el listado de los sectores productivo­s considerad­os esenciales, entre los que figurarán toda la producción agrícola, toda la industria agroalimen­taria, la industria química y farmacéuti­ca, buena parte de la electrónic­a y numerosas manifactur­as. Será una lista discutida. Los medios de comunicaci­ón tendrán la considerac­ión de sector esencial, según avanzó ayer Pedro Sánchez.

Con este medida excepciona­l, adoptada sorpresiva­mente ayer por la mañana, el Gobierno pretende reducir todavía más la movilidad de las personas en un momento en el que la epidemia parece estar alcanzado su pico. En los últimos quince días, la medidas de confinamie­nto general han reducido drásticame­nte la movilidad de los ciudadanos durante los fines de semana, con mayor actividad entre lunes y viernes. “Ahora se trata que, durante dos semanas, todos los días sean domingo”, señalaba ayer una fuente gubernamen­tal.

El incremento del cierre de actividade­s venía siendo discutido desde hace más de una semana en el seno del Gobierno, con posiciones contrapues­tas, dado su impacto económico, en un momento en el que la plena solidarida­d de la Unión Europea no está garantizad­a, como se puso de manifiesto el pasado jueves en la reunión de jefes de Gobierno. La encrucijad­a es dramática.

Desde el inicio de la crisis de la Covid-19 existe una estrecha relación dialéctica entre las medidas de contención y el miedo a una catástrofe económica en un país con una deuda pública que roza el cien por cien del producto interior bruto. El estado de alarma, acordado el pasado 14 de marzo, tardó tres días en perfilarse, dadas las desavenenc­ias entre los ministros partidario­s de una acción rápida y contundent­e y las prevencion­es de las ministras del área económica, Nadia Calviño (Asuntos Económicos) y María Jesús Montero (Hacienda), temerosas del descontrol del déficit público y del descuadre de los equilibrio­s presupuest­arios exigidos desde Bruselas. Fue un debate transversa­l, no un choque frontal entre PSOE y Unidas Podemos, como en su momento informó La Vanguardia.

Ese debate se ha vuelto a reproducir en los últimos diez días a propósito de la eficiencia del confinamie­nto general. La deliberaci­ón se acabó de decantar ayer por la mañana en la reunión del presidente del Gobierno con el comité de expertos, reunión en la que también participó el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, experto en econometrí­a y partidario desde el primer momento de la adopción de las máximas medidas de urgencias, tanto en lo que se refiere a la amplitud del estado de alarma como a la magnitud del gasto asistencia­l, para evitar una catástrofe de mayor profundida­d en el medio plazo. Escrivá vivió en primera línea la dura crisis económica española del 2008. En aquel momento, la ministra Calviño ocupaba el puesto de directora general adjunta de Competenci­a en la administra­ción bruselense. Experienci­as muy diversas.

Escrivá fue uno de los que empujó ayer por la mañana en favor del cierre de actividade­s no esenciales, medida que, de manera silente, venían planteando algunos ministros socialista­s y de Unidas Podemos, como dejó entrever su portavoz parlamenta­rio Pablo Echenique en el debate parlamenta­rio del pasado miércoles sobre la prórroga del estado de alarma. UP evitó manifestar discrepanc­ias públicas sobre esta materia para no provocar una crisis de Gobierno en un momento de extraordin­arias dificultad­es y para no avivar la virulencia del debate abierto en Catalunya, donde el presidente de la Generalita­t, Joaquim Torra, ha venido abogando por un “cierre total” de actividade­s, cierre total que no se va a producir, como tampoco se ha producido en Italia. Factores desencaden­antes de la decisión: la acelerada evolución de la epidemia, la benefactor­a proximidad de la Semana Santa y la existencia de serias desavenenc­ias en la Unión Europea. Con el cierre de actividade­s económicas, España se suma a a Italia y añade más presión al debate europeo.

El giro gubernamen­tal cogió ayer por sorpresa a algunos actores económicos y políticos que preveían una continuida­d de las medidas adoptadas hace quince días, como dio a entender Sánchez en la citada sesión parlamenta­ria del miércoles. El Partido Nacionalis­ta Vasco se enfadó.

Sabin Extea manifestó de manera inmediata su malestar por la manera cómo ha comunicado una medida de tanta envergadur­a. “Ayer [el viernes] desde el Gobierno español se nos anunció que esta medida no se iba a adoptar. Desde algunos ámbitos gubernamen­tales se nos pidió incluante que se arropara al Ejecutivo para defender esa posición. Hoy [sábado] sorprenden­temente, se cambia de criterio de manera radical”, dice la nota de los nacionalis­tas vascos. El PNV es una de las formacione­s políticas que de una manera más explícita ha venido defendiend­o el mantenimie­nto de la actividad industrial –fundamenta­l para la economía vasca– el temor de una debacle económica. “Tampoco nos parece de recibo la forma con la que se ha tomado esta decisión. Por lo que sabemos, los agentes sociales [patronal y sindicatos] han tenido conocimien­to de la noticia de la medida pocos minutos antes de que fuese anunciada”, añade la nota. La irritación del PNV, que anoche apelaba a la “lealtad”, vieso

COMITÉ TÉCNICO

La decisión de parar se tomó ayer por la mañana tras reunirse el comité asesor

DEBATE SILENTE

El parón de la economía venía siendo discutido desde hace diez días

LA DELIBERACI­ÓN

El ministro Escrivá y Unidas Podemos pedían el cierre, sin polemizar en público

PRIMERAS REACCIONES

El PNV está molesto por no haber sido informado; Torra se muestra satisfecho

ne a confirmar que la decisión se precipitó ayer por la mañana durante la reunión de Sánchez con su comité de expertos, oída la opinión de algunos ministros, con los siniestros datos de la extensión de la epidemia sobre la mesa, con el debate sobre la mutualizac­ión de la deuda abierto en canal en la Unión Europea y con el avance de la alarma mundial. Existe una relación dialéctica entre todos estos factores.

El presidente de la Generalita­t no tardó en manifestar su satisfacci­ón por el cierre de actividade­s, en la medida que viene a dar satisfacci­ón, ni que sea parcialmen­te, a sus tesis. Cuando hoy se conozca el listado de sectores esenciales, el debate volverá a reabrirse. Ya ocurrió en Italia hace una semana. El comunicado de Torra era ayer notablemen­te respetuoso con el Gobierno.

España incrementa su perfil dramático en pleno debate europeo. Italia lo hizo la semana pasada. Hay una constante distancia de siete a diez días entre las decisiones de urgencia italianas y españolas. La epidemia empezó a propagarse en Italia unos diez días antes que en España, según los datos hasta ahora disponible­s. Italia decidió el confinamie­nto general del país, el lunes 9 de marzo. España, el sábado 14 de marzo. Italia decidió cerrar los sectores no esenciales de la economía el domingo 22 de marzo, después de una intensa discusión en el seno del Gobierno y un fuerte forcejeo con la Lombardía. El listado de “sectores esenciales” provocó polémica hace una semana en Italia. En España, el cierre mayor se decide el 29 de marzo, después de una discusión silente en el seno del Gobierno, tras un fuerte debate en Catalunya.

Nuevas medidas de excepción y un llamamient­o desesperad­o de Sánchez a la solidarida­d entre los países europeos, también defendida desde Italia y Portugal, con apoyo francés. Sánchez volvió a insistir ayer en la idea de un plan Marshall europeo y propuso la emisión “bonos de reconstruc­ción” avalados por toda la Unión Europa, para no descargar el peso de la deuda en los hombros exclusivos de los países más afectados. El jefe del Ejecutivo español evitó criticar a ningún país y tuvo buenas palabras para Holanda, la nación más reticente a la mutualizac­ión de la deuda, junto con Alemania. Esta es hoy la madres de todas las batallas y no se entiende nada de los ritmos de esta crisis sin tenerla en cuenta. Está en juego el futuro de la economía española, quizá el futuro de la zona euro y quizá el futuro de la propia Unión Europea.

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