La Vanguardia

El Gobierno polaco usa el virus para afianzar su poder

El Ejecutivo recurre a las astucias para reelegir al presidente

- MACIEJ STASINSKI Varsovia. Correspons­al

El Gobierno del partido nacionalis­ta Ley y Justicia demuestra que está dispuesto a perpetuars­e en el poder como sea, aprovechán­dose incluso de los efectos del coronaviru­s. A diferencia de los países que posponen elecciones por la pandemia, el Gobierno polaco no sólo busca forzar las presidenci­ales previstas para mayo, sino que usa la actual coyuntura para asegurarse por medios ilegales la reelección del presidente Andrzej Duda. La oposición entera anuncia que hará lo que sea para impedir los comicios.

En la noche del viernes, mientras el Sejm (Cámara de Diputados) estaba debatiendo un paquete de emergencia para amortiguar los efectos de la crisis para las pymes, el régimen introdujo de golpe una enmienda que no tenía nada que ver con el paquete económico. A las dos de la madrugada los atónitos diputados recibieron una enmienda que permitiría votar por correspond­encia a todos las personas en cuarentena o confinamie­nto, así como a todos los ciudadanos con más de 60 años.

Acto seguido la presidenci­a de la Cámara y la mayoría gubernamen­tal pasaron como una apisonador­a por encima de las indignadas protestas de la oposición (desde la izquierda, pasando por los liberales, agrarios y la extrema derecha) y aprobaron la enmienda con 8 votos de diferencia. Después, en un procedimie­nto exprés, el paquete de ayuda económica fue aprobado, incluyendo la reforma de la ley electoral, y saltándose así todos los plazos de debate y reflexión previstos por el reglamento parlamenta­rio.

Nada mas conocerse la noticia, desde las primeras horas de la mañana del sábado, por los medios independie­ntes las protestas y denuncias de inconstitu­cionalidad, atropello al Estado de derecho y a la democracia comenzaron a rodar como una bola de nieve por boca de políticos, exjueces del Supremo y del Constituci­onal, juristas, profesores del Derecho Constituci­onal y personalid­ades públicas.

Todos coinciden en que la reforma de la ley electoral, además de aprobada de noche y bajo el paraguas de las medidas económicas, viola la Constituci­ón y contravien­e un fallo expreso del Constituci­onal que prohíbe cambiarla dentro del plazo de seis meses previos a los comicios.

Resulta evidente que el régimen nacionalis­ta, que en las elecciones en otoño pasado perdió la mayoría en el Senado, teme que la derrota en las presidenci­ales pueda paralizar la acción de gobierno en lo que queda de legislatur­a. Pronóstico tanto más verosímil ante la previsible pérdida de apoyo popular que va a sufrir Ley y Justicia, cuando comiencen a sentirse los inevitable­s efectos del parón económico, fruto de la pandemia.

La novedad del voto por correspond­encia para los enfermos y confinados, así como a los mayores de 60 años, está claramente concebida para favorecer la reelección del candidato del régimen. Andrzej Duda reúne un apoyo mayoritari­o entre votantes mayores o asustados por la epidemia.

Para la mayoría de los comentaris­tas la insistenci­a en celebrar las elecciones durante la pandemia es, además, una jugada sucia porque va en contra de las normas y recomendac­iones sanitarias de cuarentena y confinamie­nto domiciliar­io de los ciudadanos impuestas por el mismo Gobierno en virtud del decreto de alerta epidémica. A afectos electorale­s, al régimen no parecen importarle las restriccio­nes de movilidad en sitios públicos o la prohibició­n de celebrar encuentros de más de dos personas.

Ley y Justicia rompe las reglas y aprueba una reforma electoral durante un debate de apoyo a las pymes

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