Las siete fases del confinamiento
Sánchez evita responder a las críticas del PP o de autonomías como Madrid y Catalunya a la espera de que remita la epidemia. Pero la pelea en el Ejecutivo y con la oposición será mayor cuando se aborde la reconstrucción.
Hoy en día todo se mide. Cualquier acto de nuestras vidas se analiza. Por eso, no es de extrañar que incluso lo que nos está ocurriendo, por inédito y extraño que sea, ya haya sido estudiado para conocer nuestro comportamiento como piezas del engranaje económico. La empresa Ipsos, que se dedica a la investigación de mercados, ha elaborado un estudio a partir de la experiencia china que define las fases emocionales de la población afectada por la cuarentena del coronavirus. Y, según parece, pasamos por siete etapas.
Como es obvio, el estudio se refiere a quienes padecen sólo el confinamiento. Para los que tienen la desgracia de sufrir la enfermedad o la pérdida de un ser querido, por ejemplo, este análisis carece de sentido. Para los demás, los que permanecemos en casa, las fases son las siguientes:
1. Incredulidad: marcada por la confusión y el miedo provocados por una gran cantidad de información imprecisa y la proliferación de rumores.
2. Preparación: es cuando se empiezan a cambiar los planes y a hacer acopio de suministros.
3. Ajuste: se empieza a adaptar nuestro día a día a las restricciones. Se elaboran nuevas rutinas.
4. Aclimatación: se afianzan las nuevas rutinas y se hace frente al aburrimiento, la desidia o el contacto familiar continuado y forzoso. Se empiezan a descubrir aspectos positivos de la nueva situación a medida que la gente explora nuevas actividades e intereses a los que dedicar el tiempo.
5. Resistencia: aumenta la tensión ante lo prolongado de las restricciones y la limitación de la vida social, lo que afecta al estado de ánimo y las relaciones personales. Un estado que se agrava ante la incertidumbre sobre cuánto va a durar este confinamiento.
6. Alivio: se empieza a sentir alivio y esperanza ante la reapertura de negocios. Se vislumbra el final de esta situación. La gente se siente feliz ante la posibilidad de reemprender su vida con normalidad.
7. Temor: asaltan nuevas preocupaciones sobre la seguridad laboral y financiera después de la crisis, cuando las consecuencias económicas empiezan a ser evidentes.
Lo que no señala el estudio es que esas fases tienen también su traslación en el debate político, que no deja de ser un reflejo de los humores de la sociedad. Por más que en la propaganda institucional se insista en que al virus se le gana unidos, este es un país con evidentes ganas de endosarle las culpas a alguien de la catástrofe que está atravesando. En la punta de lanza de la crítica al Gobierno figuran el PP, con su apéndice principal, la comunidad de Madrid, y el Govern de Catalunya, que vendrían a considerar que los ciudadanos están en la fase de resistencia.
Desde esos frentes se critica la “incompetencia”
del Ejecutivo de Pedro Sánchez, tanto por las decisiones sobre el confinamiento como por la compra de material sanitario. Tanto Jxcat como ERC venían exigiendo un mayor cierre de actividades, y el anuncio en ese sentido realizado ayer por Sánchez fue recibido por el Govern, con el president Quim Torra a la cabeza, como una victoria. Además, subrayan que la centralización de las compras de material ha sido un completo fiasco y añaden que tratar de dirigir la lucha contra la crisis desde Madrid es ineficaz porque es el Govern el que dispone del conocimiento de la situación y las necesidades en el terreno. En el Ejecutivo catalán se apoyan en los expertos para defender sus tesis.
En el Gobierno central también utilizan a los técnicos como parapeto de sus decisiones. Están convencidos de que si ellos han llegado tarde o no previeron el alcance de la pandemia, en las autonomías, que tienen las competencias en sanidad, tampoco se anticiparon. Añaden que acogerse a la compra centralizada de material no exime a las comunidades de adquirir a su vez lo que consideren necesario, aunque en estos momentos el mercado es leonino. De hecho, Sánchez tuvo que telefonear al presidente chino dos veces para tratar de desbloquear pedidos. Recuerdan que la gestión de las residencias de ancianos es competencia autonómica y sobre el confinamiento subrayan la necesidad de no arrasar con la economía. Pero la estrategia de la Moncloa ahora es eludir las críticas porque no creen que los ciudadanos quieran ver a su Gobierno enfrascado en disputas políticas, sino volcado en combatir el virus. Ahora bien, Sánchez espera pasar al contraataque cuando empiece a vislumbrarse una salida, o sea, en la fase de alivio.
Como ya estarán intuyendo, después viene la fase de temor por las consecuencias económicas. Tras los primeros encontronazos en el Gobierno –que Pablo Iglesias llamó “debate interno”– sobre el alcance del gasto público para ayudar a empresas y trabajadores, los esfuerzos conjuntos se centran en conseguir la solidaridad de la UE. Pero cuando se logre doblegar al virus será cuando cobre protagonismo el debate interno en el Gobierno sobre las medidas que adoptar para impedir que el parón se convierta en recesión. De la emergencia sanitaria pasaremos a la económica. Cómo afrontar la reconstrucción será el gran tema en semanas. Entonces emergerá la batalla dentro del Gobierno, con la oposición y con algunos territorios.
Y llegados a este punto, contesto a la pregunta que muchos se estén haciendo: ¿en qué fase de las mencionadas estamos el común de los confinados, según los autores del estudio? Pues bien, dicen que apenas hemos comenzado la fase de aclimatación. Así que va para largo.
Ante el aluvión de críticas, Sánchez cree que ahora los ciudadanos no quieren ver refriegas políticas
Los expertos avisan que una vez pasada la reclusión en casa viene el malestar social por los efectos económicos