Estación intermedia
Hoy se cumple la segunda semana de aplicación de las medidas de distanciamiento social. Estas medidas han sido seguidas adecuada y solidariamente por la gran mayoría de la población. Ayer, el Gobierno anunció la aplicación de medidas aún más estrictas. La base racional de estas medidas es protegerse uno mismo y proteger a los demás. Como afirmó un colega británico, no hay que pensar tanto en no contagiarnos nosotros sino en que nosotros no contagiemos a los demás.
No son medidas fáciles de seguir. Afectan, y mucho, a nuestra vida diaria, tanto laboral como familiar y personal. La convivencia en estas condiciones de restricción social por una parte y confinamiento en el domicilio por otra no siempre es sencilla y sin duda supone situaciones complicadas que debemos gestionar lo mejor posible. No hay que bajar la guardia: las medidas serán tanto más eficaces cuanto mejor las cumplamos todos y cada uno de nosotros.
Si hacemos caso al conocimiento científico (imperfecto) que tenemos sobre esta nueva enfermedad, las medidas implementadas deberían reducir el número de contagios tras siete a diez días. En Italia parece que va a ser así. Quizás estamos en la estación intermedia, a mitad del viaje. Para valorar el impacto de estas medidas es necesario disponer de datos epidemiológicos fiables, aspecto que debemos mejorar. Si no disponemos de pruebas para poder confirmar cada caso que ingrese en el hospital, por lo menos, y se adopta un criterio clínico válido (sin pruebas) para esta clasificación como sucedió en China, las cifras serán más difíciles de interpretar.
Con los datos disponibles cabria esperar ver un enlentecimiento del número de casos nuevos diarios (que básicamente son solo los casos confirmados). Significaría que estamos en fase de desaceleración y quizás que la curva epidémica se está aplanado. Sería una muy buena noticia. A pesar de ello, los casos muy graves aumentarán en los próximos días, como también lo hará el número de fallecidos. Estas categorías van con retraso con respecto a la de casos nuevos, por la propia evolución de la enfermedad. Habrá mucha presión sobre el sistema sanitario y sobre las UCI.
Queda mucho trayecto por recorrer y será muy duro para todos, pero cada uno de nosotros ha de seguir haciendo lo que toca. Unos, atender lo mejor posible a los pacientes. Todos, seguir cumpliendo estrictamente las medidas recomendadas para reducir los contagios.