Confinados, aunque en ocasiones no lo parezca
Esta es una historia confirmada en todos sus extremos: una ciudadana de Barcelona viajó en pleno estado de alarma desde su casa hasta la localidad de Cádiz, donde estaba su hijo, sin que nada ni nadie le preguntara adónde iba y por qué.
La historia sería irrelevante si no fuera porque en estos días vemos a la policía parando vehículos y pidiendo la documentación a ciudadanos que se desplazan por su propia ciudad.
Las restricciones a la movilidad emanan del artículo 7 del decreto de estado de alarma y de medidas adoptadas posteriormente como la que ayer anunció el presidente del Gobierno, al dar un permiso retribuido a los trabajadores de otras actividades desde hoy hasta el 9 de abril.
Consciente de ello, esta vecina de Barcelona con la que arrancaba esta columna pidió que en la localidad donde se encontraba su hijo un notario levantara acta de su presencia, y luego se la hizo enviar certificada hasta Barcelona antes de emprender el viaje justificando así la excepcionalidad del viaje. Pero, relata ella misma, que –ni en el trayecto de ida ni en el trayecto de vuelta– nadie le pidió explicaciones sobre su desplazamiento.
No es el único caso. Viajeros que han hecho el recorrido Barcelona-madrid se han llevado la misma sorpresa. En las estaciones medio vacías, pero con agentes de la Policía Nacional y de los Mossos desplegados nadie les pidió explicaciones.
Un portavoz del Ministerio del Interior aclara que “la policía actúa según las circunstancias, pero no tiene por qué pedir explicaciones a cada viajero”.
Abundando en esta cuestión, la noche del viernes un viajero divulgaba en Twitter unas imágenes del vuelo Málaga Barcelona de Vueling del viernes por la tarde. Las imágenes describen una cabina llena de gente. Son imágenes creíbles. Vueling explicó que sobre una capacidad de 180 viajeros en el avión viajaron a lo sumo 100 librando por cada hilera dos asientos. Pero explicó algo más importante: buena parte de estos pasajeros son personas que regresan a su casa a los que el confinamiento les alcanzó fuera de su hogar. (Una parte transborda a otros vuelos) ¿Qué hacemos? ¿Les dejamos en tierra de nadie? Esta crisis tiene muchos matices.