Hidratación, sobre todo en los mayores

Amedida que nos vamos haciendo mayores, ciertas regulaciones que antes nuestro cuerpo hacía con normalidad pueden verse alteradas, como por ejemplo la regulación de la sensación de sed. Las personas de edad avanzada pueden no detectar tan fácilmente la necesidad de tener que beber un vaso de agua, por lo que será de gran importancia promover de forma rutinaria el consumo de líquidos para evitar la deshidratación en este colectivo, más aún si pasan estos días solos en casa.

Los expertos recomiendan beber al menos 1,5-2 litros de agua (6-8 vasos) al día. Una manera objetiva para detectar si se está deshidratado es fijándonos en el color de la orina, cuanto más oscura esté, más tendremos que potenciar la hidratación. Por el contrario, si durante el día tenemos una orina tirando a transparente, significa que nuestro cuerpo está bien hidratado.

La mejor opción siempre es el agua, pero también existen otros líquidos para hidratarnos regularmente como las infusiones o los caldos suaves. Asimismo, nos pueden ayudar los zumos exprimidos de fruta y licuados naturales de frutas y/o vegetales, las sopas, la leche o las bebidas vegetales... Por su contenido en azúcar, sería conveniente limitar el consumo de refrescos, zumos comerciales y otras bebidas azucaradas.

Por otro lado, no hay que olvidar que las frutas y las verduras también nos aportarán agua, así que realizar sus 5 raciones diarias (2 de verdura y 3 fruta) también será importante para una buena hidratación. El uso de cantimploras o jarras puede ayudar también a que incrementemos su consumo, ya que las tendremos en nuestro campo visual con facilidad.

Cuando haga más calor podemos hacer nuestros propios polos o cubitos de helado a base de frutas trituradas o de infusiones, o también podemos hacer nuestras propias bebidas rehidratantes (isotónicas) mezclando un litro de agua con el zumo de uno o dos limones, una cucharada rasa de miel, una cucharadita de postre de bicarbonato y una pizca de sal.