“Es el momento de replantearnos la vida”
La pandemia es una desgracia, pero ofrece una posibilidad de catarsis. Así lo cree el escritor y guionista Guillermo Arriaga (Ciudad de México, 1958). El maldito coronavirus le ha obligado a suspender su gira de promoción de la novela Salvar el fuego, con la que ha ganado el premio Alfaguara 2020. El también guionista de Amores perros, 21 gramos o Babel habla con La Vanguardia por teléfono, sin prisa.
¿Qué le inspira la situación que estamos viviendo?
Me inspira una reflexión sobre qué puede hacer la cultura en un momento tan crítico. Para mí, la cultura es un medio de identidad, conocimiento y reflexión. Puede ser un dique contra el miedo y el recelo; una vía para el encuentro, la generosidad y la solidaridad; un medio para compartir. En un momento de encierro y angustia, la cultura y los libros abren horizontes y esperanza.
En este contexto, ¿qué busca con sus novelas?
Siempre he querido que mis libros sean una experiencia y conduzcan al lector a lugares que desconocía; que le hagan palpitar el corazón, enojarse, reír y repensar las cosas. Sobre todo, me gustaría que quien lea una novela mía encuentre algo propio que creía perdido. Que el libro le empuje a tomar decisiones sobre su vida a partir de lo que le ocurre a los personajes.
No es poco. ¿Cambiar al lector?
Es la intención. Cuando uno escribe un libro, busca que tenga efectos; que la novela no sólo entretenga sino que provoque dudas o certezas.
¿Dónde pone el acento en el caso de Salvar el fuego?
La reflexiones principales de los personajes son: ¿Esta es realmente mi vida, la que yo quise construirme? ¿O bien la edifiqué a partir de lo que los demás creían que debía ser? A partir de ahí, la esperanza de la novela radica en el retrato de unos seres que toman en sus manos las riendas de su vida. Dicen: ‘Este es el amor que yo quiero; quizá no es el más feliz ni el más satisfactorio, pero es el que deseo’.
¿Cree que estamos especialmente manipulados hoy día?
Mucho. La moral y la política se han infiltrado en lo cotidiano. Todo gira en torno a lo políticamente correcto, la certeza del trabajo, el miedo, el rechazo a la muerte. Estamos muy politizados y programados.
¿Cómo incide ese miedo en la reacción a esta pandemia?
La mayoría de las personas reaccionan por inercia. Para ellas, el coronavirus será una simple interrupción. Pero aquellos que tengan más espíritu crítico verán esto como una oportunidad de replantearse la vida. Será una minoría que pensará: ‘¿Qué sucede si de pronto me contagio del virus y se me acaba la vida?’