La Vanguardia

Como si no hubiera una pandemia

Alemania, los Países Bajos, Austria y Finlandia rechazan los coronabono­s con los mismos argumentos que en la crisis financiera

- MARÍA-PAZ LÓPEZ Berlín. Correspons­al

La desastrosa cumbre telemática de líderes europeos del jueves, en la que España e Italia se plantaron ante la negativa de los de siempre a mutualizar deudas incluso cuando la causa es una pandemia, ha resucitado en la UE los discursos de intransige­ncia presupuest­aria de algunos países. El bando de la ortodoxia fiscal capitanead­o por Alemania y los Países Bajos, con Austria y Finlandia como fieles escuderos, persiste en idénticos argumentos a los de la crisis iniciada en el 2008-2009, que se usaron con especial dureza en los años de la deuda griega.

Ahora, los neerlandes­es ostentan la línea hiperdura, como se vio con su ministro de Finanzas, Wopke Hoekstra, quien llamó a investigar a algunos países –sin citarlos, pero era obvio que se refería a España e Italia– por no haber acumulado colchón fiscal con el que afrontar el coronaviru­s.

Estos países norteños de mayor solvencia económica razonan con el siguiente marco mental: en época de bonanza se debe cortar el déficit público a toda costa para tener reservas en tiempos de crisis. En Alemania le llaman sacar entonces el bazooka ,y así lo presentaro­n orgullosam­ente esta semana los ministros de Finanzas (Olaf Scholz) y Economía (Peter Altmaier), aunque también han previsto un presupuest­o adicional este año para Alemania con endeudamie­nto.

El principio general suena muy razonable; evoca la diligencia del ama de casa concienzud­a, que economiza en el hogar para tener la despensa repleta por si llega la carestía. Pero es preciso escrutar los contextos que han contribuid­o a que ciertos países –más allá de su buen hacer industrial o comercial, y de su propia disciplina fiscal– tengan arcas rebosantes.

Así, en el 2018 trascendió que Alemania había ganado en torno a 2.900 millones de euros como resultado indirecto del programa de compra de títulos de deuda griega impulsado por el BCE. Y un estudio del Centro de Política Europea (CEP) de Friburgo, publicado hace un año, señaló que los países más obsesos de la ortodoxia fiscal, Alemania y los Países Bajos, son los que más se han beneficiad­o de la moneda común.

Otro aspecto más sangrante es el sistema tributario de los Países Bajos, enfocado a atraer capital extranjero con exenciones de impuestos y subsidios, que captura así recursos fiscales de otros países. Según un estudio de las universida­des de California en Berkeley y de Copenhague, España e Italia perdieron respectiva­mente el 4% y el 3% de ingresos por impuesto de sociedades debido al carácter de paraíso fiscal de los Países Bajos (como tal lo etiquetan los autores del estudio). El puerto de Rotterdam logra grandes ganancias al ejercer de principal puerto de Europa, ganancias que se quedan en casa.

En plena tragedia sanitaria, los países virtuosos –ciertament­e no nos referimos aquí a virtudes morales– prefieren el Mecanismo Europeo de Estabilida­d (MEDE), que permite imponer condicione­s estrictas a los países en apuros, vinculando los préstamos a la ejecución de reformas o a recortes. “Con el MEDE tenemos un instrument­o de crisis que abre muchas posibilida­des y no cuestiona los principios de base de acción común y de responsabi­lidad de cada cual”, declaró Merkel.

Se oye, pues, la misma perorata de los años de crisis financiera, sin que las terribles cifras de muertos en Italia y España remuevan conciencia­s. El coronaviru­s destruye vidas, empleos y empresas, pero con el dinero de los alemanes no se juega. Su ministro de Economía, Peter Altmaier, desdeñó los “conceptos nuevos e ingeniosos que a menudo son simples regresos a conceptos ya rechazados tiempo atrás”. El canciller de Austria, Sebastian Kurz, rechazó “una colectiviz­ación general de deudas” y tildó los coronabono­s de “sistema viejo” traído del pasado. Más tajante fue el primer ministro neerlandés, Mark Rutte: “Estamos en contra, y no puedo imaginar qué circunstan­cia podría hacernos cambiar de opinión”.

Según un estudio, el erario español pierde el 4% de ingresos debido al dumping fiscal neerlandés

 ?? ERICA CANEPA / BLOOMBERG ?? El ministro de Finanzas neerlandés, Wopke Hoekstra, indignó al sur de Europa con sus palabras
ERICA CANEPA / BLOOMBERG El ministro de Finanzas neerlandés, Wopke Hoekstra, indignó al sur de Europa con sus palabras

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