La Vanguardia

El alto número de defuncione­s obliga a limitar la incineraci­ón en Barcelona

El Ayuntamien­to ofrecerá a las familias entierros provisiona­les de hasta dos años de duración como alternativ­a

- LUIS BENVENUTY

Los cuatro hornos crematorio­s de Barcelona ya no dan abasto. Todo apunta que el Ayuntamien­to se verá obligado a restringir las incineraci­ones a partir de mañana mismo. El Consistori­o ofrecerá a las familias afectadas la posibilida­d de enterrar a sus difuntos de una manera provisiona­l, durante un periodo máximo de dos años. Y luego, una vez el sistema recupere la normalidad, llevar a cabo la cremación. El Ayuntamien­to asumirá todos los gastos extraordin­arios que todo esto comporte.

El concejal y presidente de la empresa municipal Cementiris de Barcelona, Eloi Badia, reconoció ayer que el continuo aumento de la demanda de los servicios de cremación obliga a la ciudad a tomar esta difícil decisión a fin de evitar el colapso del sistema funerario de la capital catalana. De hecho, tal y como abundó ayer el propio concejal Badia, el Ayuntamien­to ya comunicó a la Generalita­t que no tiene más remedio que restringir esta misma semana la presencia de familiares en las despedidas con el objetivo de poder garantizar el servicio continuado de incineraci­ón y entierros, mientras se prolonga la actual situación.

Hasta hace muy poco tiempo, los servicios funerarios de Barcelona prestaban entre cuarenta y cincuenta servicios diarios, pero durante la última semana se llegaron a alcanzar picos de más de doscientos. Y encima hablamos de una demanda diaria de incineraci­ones de unas 150. Tras los últimos refuerzos del sistema funerario de la ciudad, Barcelona está preparada para asumir unas 80 cremacione­s y 150 inhumacion­es diarias, así como para prácticame­nte quintuplic­ar el número de plazas de depósito de sus tanatorios y alcanzar las 1.460.

“Normalment­e la demanda de incineraci­ones se sitúa ligerament­e por encima del cincuenta por ciento del total de servicios –detalló el presidente de Cementeris de Barcelona–, pero estos día no ha dejado de incrementa­rse, llegando en ocasiones a situarse muy cerca del ochenta por ciento. Por ese motivo hemos tenido que habilitar depósitos de cuerpos que permanecen a la espera

En estos momentos, la espera de una cremación puede demorarse hasta diez días

de poder ser incinerado­s. Ahora estamos trabajando las 24 horas por lo que hemos restringid­o totalmente la asistencia de familiares a las incineraci­ones y tenemos que hacer lo mismo con las inhumacion­es”.

El concejal Badia también destacó que en estas semanas el periodo de espera para una cremación, desde el momento en el que se produce el fallecimie­nto, puede prolongars­e durante hasta diez días, y que tras analizar los índices de mortalidad y la curva de la pandemia, el objetivo del Ayuntamien­to es que en ningún caso llegue a exceder un mes. El Ayuntamien­to confía en contar con un nuevo horno crematorio en unos diez días. Se trata de un horno móvil que en estos momentos está siendo trasladado desde el extranjero y que permitirá realizar una docena más de incineraci­ones al día. Y si finalmente es necesario los Bombers de Barcelona echarán una mano al personal funerario. Además, el Consistori­o está reforzando sus servicios de atención psicológic­a para echar una mano a las familias afectadas. Los próximos días serán cruciales.

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ÀLEX GARCIA Dos hermanas se despiden de su madre, víctima del coronaviru­s, en el cementerio del Poblenou

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