Vigilancia aérea de las segundas residencias
Los municipios con segundas residencias se blindan para evitar la llegada de gente por Semana Santa; l’ametlla de Mar incorpora vigilancia aérea
Trascienden consumos de agua más elevados durante estos días, visitas al médico de pacientes que no están empadronados en el pueblo y, sobre todo, la compra en tiendas y supermercados. En el pueblo todos se conocen, “y sabemos que ha venido gente a pasar aquí el confinamiento”, reconoce, entre muchos otros, el alcalde de l’ametlla de Mar, Jordi Gaseni. En este municipio, de unos 7.000 censados pero que alcanza los 35.000 en temporada alta, además de reforzar la vigilancia de la policía local e impedir con vallas metálicas algunos accesos, utiliza drones para asegurarse que nadie circula, si no es por una causa de fuerza mayor.
Pese al gran despliegue de Mossos d’esquadra en autopistas y carreteras, principalmente para contener a las familias de Barcelona y su área metropolitana, el miedo a que, durante estos días de Semana Santa, pueda llegar más gente a sus segundas residencias ha puesto en guardia a muchos municipios, tanto de la costa como del interior. Coordinados con Mossos, estos pueblos han desplegado a su policía local y duplicado controles. Principalmente focalizan la vigilancia en los accesos.
Entre Jueves Santo y Lunes de Pascua, los Mossos realizarán 290 controles en las principales carreteras y otros puntos estratégicos, principalmente mañana y el viernes. El conseller de Interior, Miquel Buch, reiteró ayer que los controles se han endurecido durante estos días, “y vaya por delante mi denuncia enérgica a un acto de insolidaridad e incivismo absoluto, más que reprobable”, dijo.
Buch ha insistido en que la gente que se desplaza a municipios de playa y montaña pone en riesgo la salud de todo el mundo. “En estas poblaciones también hay personas de riesgo, personas mayores que no se merecen que haya otra gente insolidaria que vaya a propagar el coronavirus”. Durante 24 horas y hasta ayer al mediodía, los Mossos identificaron a 9.569 personas y 8.995 vehículos, con el resultado de diez detenciones y 2.701 actas de denuncias, según informó el Departament d’interior.
Alcaldes de la Costa Brava, la Costa Daurada y también del Pirineo han insistido, con más énfasis si cabe, en el llamamiento que hacen cada fin de semana desde que se ordenó el confinamiento. Y pese a las advertencias, el hospital de Puigcerdà, por ejemplo, registró el pasado fin de semana un pico de pacientes de hasta el 20% que no residen en la comarca. O en el municipio de Calonge y Sant Antoni se presentaron de viernes a domingo 18 denuncias, la mayoría a familias que se habían saltado el confinamiento para instalarse en su segunda residencia.
En la costa la preocupación se extiende de norte a sur. Municipios como Blanes, Platja d’aro, Calafell, Torredembarra, Salou o Cambrils han reforzado la vigilancia en todos los accesos al pueblo. En otros municipios, como l’ametlla de Mar, han ido un poco más allá y han instalado vallas metálicas para prohibir el paso de los vehículos. “No hemos cerrado el pueblo, pero hemos instalado las vallas de forma que todos los coches tengan que pasar obligatoriamente por el control de la policía local”, explica su alcalde, Jordi Gaseni, quien advierte que también vigilan de noche. “Hay quien piensa que si circulan tarde o de madrugada no van a encontrar a la policía, pero también los detectamos”, dice.
En este municipio, que cuenta con varias urbanizaciones, además de la policía local, los Mossos y la Guardia Civil, que tiene cuartel en el pueblo, también se vigila desde el aire. “Pedimos la colaboración de un vecino del pueblo que trabaja en una empresa de drones”, explica el alcalde. Tras solicitar todos los permisos, establecieron unos horarios y el procedimiento. “Podemos sobrevolar las zonas verdes no urbanizadas, los descampados que hay alrededor de las urbanizaciones y caminos secundarios”, explica Óscar Villar, de Dron Robotic Tecnology. Una patrulla de la policía local se coordina con Villar, que conduce los drones, y cuando el artefacto detecta un vehículo o un movimiento de personas que infringen la orden de confinamiento, se localiza la dirección y la patrulla se moviliza.
El conseller de Interior califica de “insolidarias e incívicas” a las personas que se desplazan a las segundas residencias