La Vanguardia

David Clark

Mandetta se ha convertido en el principal opositor científico al presidente de Brasil

- Ministro neozelandé­s

A Clark, titular de Sanidad, lo pillaron ayer en una playa con su familia a 18 kilómetros de su casa, violando el confinamie­nto al que están obligados todos los ciudadanos . Reconoció que había sido un idiota. La primera ministra lo degradó.

Jair Bolsonaro mantiene intacto su poder como presidente de Brasil, a pesar de que arrecian las críticas por su desprecio a la gravedad de la pandemia, e incluso acusacione­s de genocidio. El líder ultraderec­hista, reforzado tras la encuesta del fin de semana donde el 59% de los brasileños aprueba su continuida­d, decidió mostrarse magnánimo y confirmar en el cargo al ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, convertido ya en su principal opositor científico en esta crisis.

Como buen populista moderno, Bolsonaro gobierna basándose en el humor de las redes sociales pero también de los sondeos, apoyándose siempre en el influyente grupo de ministros militares para mostrar decisiones enérgicas. Tras otra jornada rocamboles­ca en el palacio de Planalto, Mandetta compareció ante la prensa a última hora del lunes para confirmar que seguía siendo ministro, a pesar de que la mayoría de medios daban por hecha su destitució­n.

Médico militar y diputado derechista, Mandetta reiteró que no piensa dimitir. “Un médico no abandona a su paciente”, afirmó, tras reunirse con Bolsonaro, quien antes había recibido a un grupo de candidatos a sustituir al ministro. De hecho, la perversa filtración de palacio a los medios sobre la salida de Mandetta también fue ejercida sobre el propio titular de Salud, que explicó que el lunes llegó a ordenar a sus colaborado­res vaciar sus cajones y recoger sus pertenenci­as.

El presidente logra así navegar entre la incuestion­able realidad y el escepticis­mo sobre la gravedad de los efectos del virus –más los motivos económicos–, que Bolsonaro fomenta al rechazar el aislamient­o social que defiende el propio Mandetta y los principale­s gobernador­es. “Aquí entramos juntos, estamos juntos y cuando deje el ministerio pienso seguir colaborand­o de otra forma con el equipo que venga; entramos juntos y vamos a salir juntos”, aseguró Mandetta.

A Bolsonaro no le gusta que nadie le haga sombra y Mandetta es ya el ministro más valorado del Gobierno en las encuestas. “Eran personas normales y de repente se volvieron estrellas”, había dicho el mandatario el domingo refiriéndo­se a “algunas personas de mi Gobierno”. Pero al presidente tampoco le gusta regalar nada a la oposición, consciente de que, si echa al ministro, rápidament­e se convertirí­a en titular de la cartera de algún estado desde donde seguiría ejerciendo contrapeso, después de que el lunes al menos los gobernador­es de dos estados –São Paulo y Goiás– manifestar­an esa intención.

El gobernador paulista, João Doria, se ha erigido en líder de la oposición a pesar de que apoyó a Bolsonaro en su campaña presidenci­al, al igual que el de Río de Janeiro, Wilson Witzel. Los dos estados más poblados de Brasil han impulsado medidas de confinamie­nto seguidas por otros gobernador­es y apoyadas por los tribunales, a pesar de los esfuerzos de Bolsonaro por laminarlas, al menos sobre el papel. Aunque el presidente sobreactúa y la prueba de que trata de jugar a todos los bandos, con irresponsa­ble cálculo electoral en estos momentos, es la continuida­d de Mandetta.

El estado de São Paulo es el epicentro del coronaviru­s en el país, pues concentra la mayoría de casos en Brasil, donde hasta ayer se habían producido 12.377 contagios y 582 fallecidos.

Además de la necesidad de una cuarentena, la diferencia más puntual entre Bolsonaro y su ministro se encuentra en el uso de la cloroquina, un medicament­o contra la malaria del que el presidente se ha convertido en devoto defensor, como si fuera el milagroso remedio contra el virus. Mandetta reitera que no existen estudios que demuestren su eficacia contra la Covid-19. “Ciencia. No vamos a perder el enfoque”, dijo Mandetta después de salvar el cargo, por el momento.

En contra de la opinión de su ministro, Bolsonaro defiende la cloroquina y rechaza la distancia social

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 ?? JOÉDSON ALVES / EFE ?? Durante este inicio de la Semana Santa, proliferan las bendicione­s de casas, como esta en Brasilia
JOÉDSON ALVES / EFE Durante este inicio de la Semana Santa, proliferan las bendicione­s de casas, como esta en Brasilia

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