Un bombero encantador
En plena crisis del club, Radomir Antic acercó a Xavi al área, confirmó a Puyol de central y perdonó a Valdés
Víctor Valdés de portero, Puyol de central y jefe de la defensa y Xavi de interior como cerebro de las jugadas, viendo los espacios y los pases. Ahora, después de París, Roma y Wembley, todo eso parece una obviedad, de cajón, que cae por su propio peso. Pero hubo un tiempo oscuro en el que no estaba claro, nada claro. En el que Valdés estaba castigado y tenía la puerta cerrada, Puyol iba de un lateral hacia el otro dependiendo del delantero habilidoso del rival al que había que marcar y Xavi buscaba su perfil propio después de haber tenido que oír del entorno que le había quitado el puesto a Guardiola. En febrero del 2003, el Barça iba camimostraron no del cuarto año sin ganar nada. Y aunque Radomir Antic, que falleció el pasado lunes, no pudo revertir esa mala racha del club en apenas cuatro meses y medio, sí que tomó varias decisiones, en 24 partidos al frente del equipo, que cambiarían la perspectiva de los tres canteranos.
“Veníamos de Van Gaal y él era muy distinto. Bajaron los decibelios”, recuerda Javier Saviola. “Íbamos a entrenar cada día con alegría”, rememora Patrick Kluivert.
Cuando Antic se hizo cargo del equipo, el Barça era decimoquinto, a tres puntos del descenso. Pero si la situación deportiva era complicada, la institucional era un volcán. A él le contrató Joan Gaspart, quien a la semana siguiente anunció su dimisión. Hasta tres mandatarios y unas elecciones conoció el técnico serbio: Gaspart, Reyna y Laporta. Y en ese ambiente, Antic logró una clasificación in extremis para la Copa de la UEFA.
“El momento era difícil y nos puso en Europa”, le valora el delantero argentino. Antic aceptó convertirse en bombero ante el incendio más grande de la era reciente. Y no sólo salvó la temporada sino que dejó conclusiones para el futuro. “¿Le ha dado tiempo a conocer la ciudad?”, le preguntó La Vanguardia a los pocos días de su presentación. “Eso es para turistas. Yo vine a trabajar”, respondió.
Ejerció de pacificador con mano izquierda. Como hombre de fútbol, tranquilizó al vestuario. “Hablaba mucho con nosotros. Te decía que estuvieras tranquilo, que así era como ibas a rendir mejor después en el campo”, destaca Saviola. “Hacia fuera se hacía el duro pero daba cariño y calor a los jugadores”, le secunda Kluivert. Con encanto y cercanía fue domando los problemas, ahuyentó el fantasma de Segunda, escaló posiciones e hizo una Champions más que interesante contra el Inter, el Bayer, el Newcastle y el cruce con el Juventus en cuartos.
“Caímos en la prórroga. Hicimos una gran eliminatoria contra el Juventus. Se nos escapó por muy poco”, lamenta Saviola, que marcó un gol muy importante en Turín en la ida (1-1), que daba ventaja al Barça para la vuelta del Camp Nou. En el Estadi, Zalayeta, en un contragolpe en el minuto 114, acabó con las esperanzas del conjunto blaugrana (1-2), que jugó desde el minuto 79 con un jugador más. “El sueño terminó de una manera injusta y terrible”, recalcó Antic. “Fue una noche amarga”, apunta Kluivert.
Sin títulos, el paso del técnico por el club también queda marcado por decisiones futbolísticas que se devisionarias. Puyol ya nunca se movió del centro de la zaga después de que Antic le situase junto a de De Boer. Se consolidó gracias a su velocidad y su capacidad de reacción para corregir. Eso le permitió adelantar a la defensa. “Si no tuviéramos a Puyol jugaríamos en el borde del área, reduciendo espacios”, confesaba en la entrevista.
Con Xavi, Antic detectó que estaba encorsetado en la posición de mediocentro y visualizó que podía ser decisivo en una posición más adelantada, donde se marcan las diferencias. El cerebro de Terrassa respondió con dos de los goles más importantes de aquella recta final: uno en Montjuïc en el derbi y otro contra la Juve para forzar la prórroga. “Xavi está presente en el área del rival, ¿cuántas veces era así antes?”, sacó pecho Antic.
Además, Gabri fue titular en 16 de sus 24 partidos. Y el serbio solucionó un conflicto que amenazaba con enquistarse. Víctor Valdés se había plantado ante Van Gaal negándose a jugar con el filial y el holandés nunca más le citó con el primer equipo. Antic recondujo esa situación. Le volvió a dar una oportunidad en Newcastle en un partido sin nada en juego y lo recuperó para la causa en los últimos ocho partidos de la Liga, en los que se adueñó de la portería.
JAVIER SAVIOLA
Bajó los decibelios en el vestuario. Quería a los jugadores tranquilos, porque así se rendía mejor en el campo”
Caímos en la prórroga contra el Juventus. Hicimos una gran eliminatoria. Se nos escapó por poco”
PATRICK KLUIVERT
Era muy distinto a Van Gaal. Con su llegada, íbamos a entrenar cada día con alegría. Unió al grupo”
Hacia fuera del vestuario se hacía el duro, pero daba mucho cariño y calor a los jugadores”
Antic guardaba un gran cariño a Andrés Iniesta. “Este chico nunca se equivoca”, le elogió. Pero era la temporada de debut del manchego y prefirió cuidarlo y protegerlo y dejar que fueran veteranos como Luis Enrique, Overmars, Mendieta o Riquelme los que se jugaran el tipo.
Tras ganar las elecciones Joan Laporta, Txiki Begiristain tuvo claro que quería cambiar de técnico, pero Rijkaard aprovechó los cimientos que dejó en pie Antic.