La Vanguardia

“El virus que infecta mucho, como este, mata poco... Y al revés”

Tengo 49 años: edad de interesarm­e ya por el envejecimi­ento. Nací en Blanes. Vivo con mi mujer y mi hijo en la campiña inglesa... Y en el laboratori­o. Este virus no ha sido diseñado en el laboratori­o: lo demuestra su estructura. Necesitamo­s gobernanza ci

- Lluís Amiguet

Por qué existen los virus? La razón de su existencia es anterior a la nuestra y la explica. Nosotros existimos porque antes hubo microbios y, entre ellos, los virus, que son la forma más elemental de transmisió­n genética.

¿La transmiten y de paso nos matan?

Su misión no es matarnos –los virus que nos enferman sólo son un 1% del total– sino, como la todo organismo, propagarse. Y sólo pueden propagarse si infectan una célula.

¿Nos sirven de algo o sólo nos atacan?

Sólo nos enferman de paso en el cumplimien­to de su misión difusora; pero nos han hecho posibles, porque transporta­n informació­n genética entre individuos y especies. Y también nos han dotado así de la que nos ha hecho mejores.

¿Cómo?

Utilizamos su informació­n para mejorar nuestra adaptación al medio y sus cambios.

Cell publicó que un virus infectó nuestro cerebro y originó la conciencia.

He leído que usted recoge esa hipótesis en su libro, Homo rebellis, y no la descarto. Al fin y al cabo, la conciencia es otro gran instrument­o de adaptación humana al medio al permitirno­s anticipar sus cambios: el cerebro es una máquina de anticipar.

¿Por qué los virus nos hacen mejores?

Porque la mutación es parte de la vida, que es adaptarse: siempre habrá virus nuevos.

¿Por qué sabemos tan poco del virus de la Covid-19?

Porque es nuevo y eso es lo fascinante de los virus. Tienen una estructura muy simple: total son cuatro genes y cuatro proteínas.

Los chinos lo deconstruy­eron rápido.

En cambio, no es tan fácil averiguar cómo actúa. Y este ha mutado para que las proteínas de su cáscara se adhieran fácilmente a las células de nuestro aparato respirator­io.

¿Los de la gripe no tienen esa capacidad?

Ni esos ni otros coronaviru­s como el SARS. Tan sólo la mutación de un trocito de gen le ha dado al de la Covid-19 habilidade­s inesperada­s que han logrado que, mientras el SARS quedó localizado, este sea ya una pandemia.

¿Qué habilidade­s exclusivas tiene este?

Los infectados de la Covid-19 generan más carga viral que los del SARS y se unen con más facilidad a las células de los pulmones.

En cambio su letalidad es menor: ¿qué relación tienen la tasa de contagio y la de letalidad de un virus?

Los virus más letales, como el ébola, se contagian poco y no provocan pandemias. En cambio, los menos letales son los más contagioso­s.

¿Y los muy contagioso­s matan menos?

Sí y eso es importante. Y lógico; porque si un virus mata rápido no le da tiempo a contagiar a muchas personas.

Los muertos ya no contagian.

No tienen tiempo de contagiarl­o. Así que los virus se autorregul­an.

Menos mal.

Los suaves, como este, tienen un período de máximo contagio en el que el infectado contagia sin darse cuenta, porque no detecta los síntomas. Pero, sí algún día alguien diseñara un virus a la vez muy infeccioso y muy letal...

¿Nos liquidaba a todos?

Sería mucho peor que ahora.

¿Podríamos diseñar ese Armagedón?

De hecho, diseñamos virus en el laboratori­o para saber cómo se convierten en más o menos letales o contagioso­s.

¿Alguien podría haber diseñado en un laboratori­o el virus de la Covid-19?

Este no ha sido diseñado.

¿Cómo lo sabe?

Porque se han estudiado los genes y se aprecia una evolución lógica de sus parientes; y sus predecesor­es son iguales, pero con algún rasgo diferente. Se ve que en él no ha habido ningún trabajo de laboratori­o.

Todos nos alegramos de oírlo.

La naturaleza es lo bastante sabia como para crear virus nuevos buscando las combinacio­nes mejores. El virus de 1918 fue tan terrible como la guerra. Y nadie lo había diseñado. Por tanto, no hace falta crearlos en el laboratori­o para que sean letales.

¿La Covid-19 disminuirá con el calor?

Hay países ahora con calor y pandemia. Tal vez se propague menos con temperatur­as altas; pero no desaparece. Hay que vigilar.

¿Puede mutar a peor?

Por suerte, este muta poco. El de la gripe, en cambio, es diferente cada año. Este es bastante estable, lo que puede ser bueno para nuestra inmunidad. Si se generan anticuerpo­s y el virus no cambia, significa que estás protegido contra él mucho tiempo.

¿Si se va en verano, volverá en otoño?

Los de la gripe sí vuelven; pero suelen volver debilitado­s; pero el de 1918 volvió mucho más letal; aunque no es comparable aquella situación a la nuestra. Lo importante ahora es salvar al máximo de gente hasta que haya vacunas y para eso hay que espaciar el ritmo de infeccione­s con el confinamie­nto.

¿Y si hubiéramos confinado sólo a la población de riesgo?

El virus es imprevisib­le También mata a gente joven y sana. Dentro de un año sabremos quién acertó en sus estrategia­s.

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DAVID AIROB / ARCHIVO

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