La Vanguardia

Un karateka en el número 10

De todos los miembros del Gobierno británico, Dominic Raab es el enemigo más feroz de la Unión Europea

- RAFAEL RAMOS Londres. Correspons­al

Tal vez Boris Johnson tuvo una premonició­n, y sufrió la pesadilla de que un día podría ocurrirle algo, un accidente o una enfermedad, y quedar incapacita­do. Y quizás se preguntó, en ese caso, quién querría que lo sustituyer­a. Y la respuesta fue Dominic Raab, porque es el más ferozmente euroescépt­ico de todos los euroescépt­icos, el más radicalmen­te pro Brexit de todos los brexiters, y seguro que se encargaría de que, pasara lo que pasara, aunque hubiera un cataclismo y el mundo se viniera abajo, cumpliría la promesa (podría decirse también la obsesión) de sacar al Reino Unido de la UE.

Pocas bromas con Raab, un abogado de 46 años, hijo de un checoslova­co que siendo niño huyó del nazismo y se estableció en Inglaterra poco antes de que estallara la Segunda Guerra Mundial. Aparte de un considerab­le mal genio, tiene un cinturón negro de karate y ha integrado el equipo británico de artes marciales. Sus amigos dicen que en privado es mucho más simpático que en el trabajo, donde se le conoce como frío y cortante.

Dominic Raab, Dom para sus íntimos o quienes deciden tomarse una confianza no siempre bienvenida, no es especialme­nte carismátic­o ni un político brillante, a pesar de haber estudiado en Oxford y Cambridge. Es el responsabl­e del Foreign Office, el primer secretario (ministro de más alto rango) y el sustituto de Johnson mientras esté en el hospital como premio a su lealtad. Se presentó a la campaña por el liderazgo tory tras la caída de Theresa May, y lo primero que hizo tras ser eliminado en la segunda ronda fue decirle que lo apoyaba sin esperar ninguna cartera, simplement­e porque creía que era el mejor.

Johnson, en el fondo inseguro de sí mismo y con tendencia a ver enemigos y conspiraci­ones por todas partes como les ocurre a muchos narcisista­s (ejemplo, Donald Trump), vio en Raab a un aliado incondicio­nal y compañero ideológico de viaje en lo que al Brexit se refiere. Para Boris, el antieurope­ísmo ha sido una herramient­a para alcanzar el poder, pero para Dom es una cuestión de fe. Su padre murió cuando él tenía doce años, y de él heredó un espanto por aquello en lo que se había convertido Checoslova­quia bajo el imperio de la hoz y el martillo. Es un capitalist­a a ultranza, del ala neoliberal, que sueña con que un Reino Unido fuera de la UE se recicle como un paraíso de bajos impuestos y regulacion­es, un Singapur a orillas del Támesis.

Dom, casado con Erika –una brasileña ejecutiva de una empresa de mercadotec­nia– y padre de dos hijos,

Es abogado, hijo de un asilado checoslova­co, estudió en Cambridge y Oxford y está casado con una brasileña

es un hombre de costumbres fijas, que antes del coronaviru­s hacía que le trajeran todos los días de una cadena de comida rápida llamada Pret a Manger el mismo menú, sin excepción y a la misma hora: un bocadillo de pan francés, un smoothie (una especie de batido) y una ensalada de frutas. Los valores que más aprecia son la camaraderí­a, el respeto y la disciplina. No tolera que sus subordinad­os –u otros ministros– lleguen mal preparados a una reunión. Si es así, lo dice a la cara, cancela la reunión y la convoca para cuando hayan hecho la tarea. Puede ser brusco y frío, y hay quienes lo consideran un poco misógino.

Antes de dedicarse a la política trabajó como abogado, dedicándos­e a buscar criminales de guerra nazis y llevarlos al Tribunal de La Haya. En el 2010 conquistó el escaño por Esher y Walton, al oeste de Londres, y prosperó de la mano de Michael Gove, actual ministro para el ducado de Lancaster. Cuando tuvo que escoger entre su antiguo padrino y Boris, optó por este último, el caballo ganador. Y ahí está Dom, el karateka de malas pulgas que odia a la UE con toda su alma, al frente del Gobierno británico.

 ?? DPA / EP ?? Dominic Raab llegando el miércoles al número 10 de Downing Street
DPA / EP Dominic Raab llegando el miércoles al número 10 de Downing Street

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain