Guerra abierta entre la CE y su jefe científico
Dimite el presidente del Consejo Europeo de Investigación
Que en plena pandemia dimita tu jefe científico por desacuerdo con la política seguida para afrontarla es un golpe duro para cualquier institución. Es lo que le ha ocurrido a la Comisión Europea (CE) , con la renuncia, con portazo incluido, del presidente del Consejo Europeo de Investigación (ERC), Mauro Ferrari, que publicó un comunicado en el que se declara “decepcionado” por la falta de reacción de las instituciones europeas para plantar cara a la crisis y porque le bloquearon sus iniciativas para conseguirlo.
Sin embargo, la sonora partida de su jefe ha recibido un varapalo aún más duro de los científicos que hasta el momento presidía, con una nota del órgano rector del ERC, el consejo científico, en la que le acusan de mentir sobre las medidas de su marcha (la expresión que utilizan es “en el mejor de los casos es tacaño con la verdad”), de falta de compromiso con el puesto y recuerdan que antes de su dimisión, el 27 de marzo fue el consejo científico quien le pidió a él que abandonara el cargo. “Desde su nombramiento, el profesor Ferrari ha mostrado una falta de compromiso con el ERC, no ha participado en muchas reuniones importantes, ha pasado mucho tiempo en Estados Unidos y no ha defendido la misión y el programa del ERC mientras era su representante”, acusa la nota.
En definitiva, los escasos tres meses que lleva Mauro Ferrari en el cargo, porque lo estrenó en enero, han sido muy movidos y polémicos, con una falta de entendimiento entre el presidente y la institución que ha terminado ahora con su salida, a la que él quiso dar la máxima proyección mediática, al enviar un comunicado al Financial Times.
Si en la forma han saltado a la luz las malas relaciones entre el presidentes y la institución, como estas acusaciones mutuas ponen en evidencia, en el fondo también hay un desacuerdo sobre las funciones del organismo, que es un instrumento que dispone de dos mil millones de euros anuales para financiar la investigación en la Unión Europea.
El Consejo Científico mantiene que su función es apoyar el desarrollo a largo plazo sobre la investigación, mientras que hay otros programas que ya están centrados en los desafíos inmediatos. En cambio, el dimitido Ferrari quería ir a por el coronavirus con todos los medios de la institución.
Ferrari afirma que “llegué al
Consejo Europeo de Investigación como un ardiente partidario de la UE, pero la crisis de la Covid-19 ha cambiado completamente mi percepción”. Su gran queja es que el organismo le denegó sus propuestas para poner en marcha un programa contra la pandemia. “Yo creía que, en tiempos como este, los mejores científicos en el mundo, deberían recibir los mejores recursos y las oportunidades para luchar contra la pandemia”, concluía el científico dimitido. Mientras, sus detractores tampoco le ahorran calificativos. El eurodiputado popular alemán Christian Ehler, que lidera la legislación en investigación científica, advirtió que la dimisión de Ferrari es “un escaparate de relaciones públicas”, y los miembros del Consejo Científico afirman que sus actividades externas eran “incompatibles” con la dedicación necesaria para presidir el Consejo Europeo de Investigacion.
El Consejo Europeo de Investigación acusa a su exjefe de mentir y de incompatibilidad con el cargo