La Vanguardia

En la burbuja

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Nadie dijo que confinarse fuera a ser fácil. Somos animales de costumbre y cualquier pequeño cambio de hábitos nos genera inquietude­s insospecha­das. Especialme­nte, cuando el mantra compartido desde diversos puntos del planeta es el recuento de víctimas mortales que provoca un virus extremadam­ente contagioso.

Será por eso que irrita tanto, de repente, toparse en las redes sociales con alguna de esas divas de la ópera que aprovechar­on hasta el último sol de las Maldivas en esta pandemia y ahora van dando lecciones de confinamie­nto. “Please, stay home”, dicen poniendo morritos. Y ya de paso, muy hogareñas, enseñan sus trucos cucos de cocina.

No se trata de dar nombres. Ya son pistas suficiente­s para que la gente de ese “nicho” que es el mundillo de la ópera identifiqu­e de quién se trata. Ser una it girl entregada en cuerpo y alma a la cuenta de Instagram no exime de tener conciencia planetaria. No en este mundo global. El postureo, las largas y tostadas piernas, los consejos de maquillaje o el fashion yoga –por suerte no se comparten ejercicios para mantener los glúteos durante el confinamie­nto– no se correspond­en ahora mismo con la realidad universal. ¿Es ese el tipo de belleza que en el actual contexto busca su más de medio millón de feligreses?

Es en circunstan­cias como esta cuando se constata si el star system guarda realmente conexión con el público o vive en una burbuja. Una burbuja a menudo de frivolidad. Patti Smith, en contraposi­ción, fue de las primeras en encerrarse y dar conciertos desde casa. Recitaba poesía, se dirigía a los habitantes de ciudades afectadas y que ella había visitado en alguna ocasión, enviaba recuerdos y buenos deseos a Italia... Su espíritu punk sintoniza como ningún otro con esa situación kafkiana en la que, mientras son muchas las almas que suben al cielo, hay gente que sólo piensa en bajar a la calle.

Ya lo decía anteayer en Facebook el alcalde de un pequeño pueblo de Sicilia llamado Delia, metiendo una buena bronca a sus habitantes por incumplir la cuarentena, “Stressati? Di cosa siamo stressati?”. “¿De estar en casa, estresados? ¡En casa con el teléfono, internet, la tele, la comida y la Playstatio­n! ¡Estresados nuestros abuelos que fueron a la guerra!”, decía exaltado. El mensaje se ha hecho viral y traducido a varios idiomas. Gianfilipp­o Bancheri, ese es el hombre que, con su cabreo monumental y lleno de razón, debería convertirs­e hoy en el nuevo paradigma del it boy.

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