El transporte público deja de ser gratuito
La gratuidad del transporte público ha durado una semana. La Autoritat del Transport Metropolità (ATM) ha decidido acabar con ella ante la perspectiva de que el próximo martes se recuperará parte de la actividad laboral que ha estado suspendida durante las dos últimas semanas. La suspensión de tarifas iba vinculada al real decreto que sólo permitía desplazamientos al personal de servicios esenciales y establecía un permiso retribuido recuperable para el resto. Con la finalización de esta medida, la ATM considera que el transporte debe volver a ser de pago. De hecho, vuelve a serlo a partir de este mismo viernes, sin esperar al martes.
Fuentes de los distintos operadores destacan que el funcionamiento ha sido muy positivo y que no se han registrado usos indebidos. Los usuarios esta semana han sido alrededor del 5% de los habituales, unos niveles nunca vistos y que han tocado fondo después de una fuerte caída cuando se declaró el estado de alarma y una ligera tendencia a la baja desde entonces.
La caída de usuarios es tal que compromete la estabilidad económica del sistema de transporte público, saneado desde la refinanciación del enorme déficit acumulado hasta hace seis años. La Generalitat calcula que la fuerte caída de la demanda desde mediados de marzo ha provocado una pérdida de ingresos de unos 87 millones. Por eso el conseller de Territori, Damià Calvet, se ha dirigido al ministro de Transportes, José Luís Ábalos, para reclamarle una aportación extraordinaria de 107 millones atribuibles a las pérdidas por venta de billetes y a los 20 millones que calculan que se deben aportar a los proveedores obligados a suspender sus actividades. Esta partida extraordinaria debería sumarse a los 109 millones previstos en los presupuestos generales prorrogados del 2019.
Calvet ha aprovechado la misiva a Ábalos para pedir medidas suplementarias que permitan reactivar la competitividad de los aeropuertos cuando pase la crisis actual. En este sentido, sugiere el descuento del 50% en la tarifa por pasajero del aeropuerto de El Prat y del 100% en Girona y Reus, así como la suspensión de las tasas aeronáuticas aplicadas a la navegación aérea.