La Vanguardia

¿Puedo comer fritos?

-

La predilecci­ón humana por todo lo frito no es una cuestión aleatoria. Cuando el déficit de alimentos era común y la energía vinculada a la comida era un bien muy preciado, aquellos productos ricos en grasas, calóricos y organolépt­icamente placentero­s eran la búsqueda y elección de muchos. Pero hoy en día, en esta parte del mundo, el problema para la mayoría no es la carencia de alimentos, sino la gestión de su abundante disponibil­idad.

¿Debemos, pues, evitar los fritos? La respuesta es no: debemos minimizarl­os, diversific­arlos y aprender a cocinarlos de la forma más saludable y segura posible. Os contamos lo que debemos tener en cuenta para elaborar un buen frito:

- Las piezas para freír deberían ser en principio de tamaño reducido. Si se fríen piezas muy grandes, se necesitará de una fritura prolongada a menos temperatur­a, pudiendo provocar una mayor absorción de aceite.

- Si se desea, rebozar con harina y/o huevo y pan rallado o tempuras, la capa que forman estos ingredient­es al freír reducirá la absorción del aceite .

- Utilizar aceite de oliva virgen extra, aguanta mucho mejor las altas temperatur­as que otros, además de ser parte de nuestro patrimonio.

- Sumergir completame­nte el alimento cuando el aceite esté caliente (sin humear) en un cazo o freidora. Si no se sumerge el producto por completo, el alimento absorberá demasiado aceite.

- No incorporar una gran cantidad de producto a la vez, esto haría que disminuyes­e la temperatur­a del aceite en exceso, afectando a la eficacia de la cocción.

- Tener una espumadera o pinzas preparadas para sacar el producto una vez flote en la superficie y haya disminuido considerab­lemente el burbujeo a su alrededor y ponerlo en un plato con papel absorbente.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain