La procesión va por dentro
Jordi Rodríguez-amat recrea la ‘dansa de la mort’ de Verges suspendida
La tradicional procesión de la dansa de la mort que cada jueves santo se celebra en Verges (Baix Empordà) desde el siglo XVII no se hará hoy debido al coronavirus. Una alternativa para los devotos de esta celebración es entrar en la web del pintor Jordi Rodríguez-amat y visionar la Suite de Verges formada por 38 pinturas, 71 dibujos y 41 fotografías, así como un vídeo, que realizó, entre el 2000 y el 2002.
Rodríguez-amat (Santa Coloma de Gramanet, 1944) vive desde hace años en Garrigoles, muy cerca de Verges, y durante unos años hizo de Poncio Pilatos en la representación teatralizada. En el año 2000 se vistió con una túnica y se sumergió en la procesión, aceptando la invitación que los organizadores hacen a algún artista o fotógrafo para documentar esta tradición. El año 2002 las obras creadas por Rodríguezamat se repartieron por los escaparates de las tiendas y establecimientos del pueblo, en una insólita exposición, que se repitió el año siguiente en el Centro de Arte que él mismo tiene en su casa-taller de Garrigoles. Y ahora las ha querido colgar en la red para suplir la ausencia de representación. Rodríguez-amat fue también el encargado de pintar los esqueletos de los vestidos negros cuando se renovaron en el 2008. Son los que llevan los cinco jóvenes que bailan la dansa de la mort al sonido de un tambor.
La procesión de Verges, declarado fiesta tradicional de interés nacional, surge como otras danzas de la muerte que se hacían en toda Europa como una reacción ante la peste negra y otras epidemias de la edad media. Según Jordi Roca i Rovira, el principal estudioso de esta fiesta, se conoce un primer documento de 1688 donde se pedía permiso al obispo de Girona para “la acostumbrada procesión”, siguiendo las directrices del concilio de Trento que querían poner orden en las representaciones teatrales en recintos eclesiales. El interés de la danza de la muerte de Verges ha pervivido en el tiempo, sólo con las interrupciones por las guerras. Incluso en días de lluvia y fuertes tramuntanades se ha seguido celebrando y parece que también se hizo durante la epidemia de gripe de 1918. Se sabe que se celebraban en otros lugares, como Cadaqués, Rupià o Perpiñán, pero desaparecieron.
Verges tiene unos 1.200 habitantes y, como dice Jordi Roca, “en la procesión participa más gente de la que vive en el pueblo”. Uno de los habituales es el cantante Lluís Llach, que ya con 5 o 6 años participaba y lo ha seguido haciendo muchos años. Entre el 2009 y el 2013 dirigió la representación, contribuyendo a renovar la iluminación y vestuario.
Jordi Roca es autor del libro Verges, la processó, con fotos de dos profesionales que se han aproximado con su cámara: Toni Soriano (Barcelona, 1955) y Rafael López-munné (Tarragona, 1964). Toni Soriano tiene también 30 fotos de la procesión, consultables en su web.
Dos pintores bien conocidos se han acercado a la dansa de la mort. Josep Guinovart (19272007) pintó el óleo Verges , en 1959, que fue portada de la revista País petit (título que evoca una canción de Llach). Más curiosos y poco conocidos son unos dibujoscollage de Joan Batlle i Planas (1911-1966), un artista surrealista que nació en Torroella de Montgrí pero se marchó joven a Argentina sin olvidar nunca sus raíces, como lo demuestra la serie sobre la danza de la muerte, que se pudo ver en la exposición que le dedicó en el 2018 y el 2019 la Fundación Joan March en Cuenca y Palma.
El artista que renovó los vestidos de la danza de la muerte ha colgado fotos y pinturas de la procesión en la red