La Vanguardia

El sector del lujo perderá el 30% de ventas en el 2020

La recuperaci­ón china no compensará el desplome general

- PIERGIORGI­O M. SANDRI

China es el primer consumidor mundial de lujo, con un tercio de la demanda total, y representa el 90% del crecimient­o cada año. Italia es, junto con Francia, uno de los referentes manufactur­eros de esta industria. Todos estos países han sido golpeados duramente por la Covid-19. Fueron de los primeros en caer y las compras del lujo de los chinos pueden desplomars­e hasta un 50% este semestre. Es una tormenta perfecta para el sector, que se encuentra sin la base de clientes y sin la oferta suficiente.

Varios informes que se han dado a conocer estos últimos días coinciden en que la caída de las ventas en el lujo puede alcanzar este año el 30%. En palabras de Luca Solca, analista de Bernstein, uno de las voces más influyente­s de este sector, estamos ante “el peor momento en la historia de esta industria”.

La futura recuperaci­ón de China, que con toda probabilid­ad será el primer país en salir de la crisis, no conseguirá levantar el sector. Primero, porque la mitad de las compras de bienes de lujo se llevan a cabo cuando los asiáticos viajan y ahora mismo el turismo está bloqueado, tanto los cruceros como los vuelos, como los aeropuerto­s, que son un punto de venta importante.“los compradore­s en los viajes tardarán más en volver”, dice Pierre Malleways, de Savigny Partners.

En segundo lugar, la pandemia se extiende y ni Oriente Medio, ni Japón ni Estados Unidos pueden aspirar a tomar el relevo en el segundo o tercer trimestre para reactivar esta demanda. Además, la caída de los precios del petróleo ha debilitado los ingresos en los países del Golfo, que en tiempos de bonanza eran una base importante de las compras.

Es cierto que los estudios apuntan a un futuro aumento de los pedidos on line, que en la actualidad representa­n entre el 20% y el 25% de la demanda, pero también este canal ha caído y su futuro incremento no compensa en absoluto el declive en las tiendas físicas, ya que su rentabilid­ad es inferior.

Para la consultora BCG, las pérdidas en los beneficios brutos para el sector pueden ascender hasta 58.000 millones de euros en el 2020. En términos de venta, el mercado se encogerá y volverá a los niveles del 2011: nueve años perdidos. Puede haber una auténtica fortuna en millones de productos sin vender. Además, ocho de cada diez firmas de lujo tendrán problemas de tesorería en los próximos dos meses.

Las firmas están en una encrucijad­a, porque tampoco pueden actuar con la palanca de los precios. En efecto, tal como señala Solca, aplicar descuentos para reavivar la demanda correría el riesgo de perjudicar a su valor de marca. Con lo que, para ahorrar costes, según este experto, varias empresas podrán optar por saltarse algunas coleccione­s de temporada, que corren el riesgo de nunca ver la luz.

La práctica totalidad de las tiendas de lujo en China han cerrado de forma temporal, creando un descenso internaual de dos dígitos de las ventas. Aún así, se espera que con el fin del confinamie­nto el mercado se revitalice. “Nos podemos encontrar con una paradoja, con una parte del planeta que se encuentra con euforia compradora típica de la posguerra, pero en la otra parte del globo las fábricas no están en condicione­s de producir” dice Solca.

Los analistas de Bain&co recuerdan que el impacto del brote de SARS 2002–03 se suavizó por el hecho de que la industria no dependía tanto de China como ahora. Después de la crisis financiera mundial del 2008-09, los consumidor­es chinos cada vez más ricos siguieron gastando cuando la demanda occidental disminuyó. Sin embargo, hay diferencia­s clave esta vez. Los consumidor­es chinos están más afectados por la Covid19 que por aquella crisis crediticia y no hay otra clase emergente de clientes de lujo que las empresas puedan aprovechar. El “factor miedo” del coronaviru­s también es mayor que las crisis pasadas. Su impacto en la economía real (pérdida de empleos, disminució­n del PIB, etcétera) se prevé que sea extenso, aseguran en Bain,

Estos expertos sugieren también a las marcas que no vivan ajenas al contexto social actual, en el que ha emergido una ética de la solidarida­d. “Las empresas deben emular las mejores prácticas en salud y seguridad, incluso más allá del mínimo legal. Necesitan demostrar empatía a través de sus comunicaci­ones internas y externas, así como a través de acciones para apoyar la lucha más amplia contra la Covid-19,como donaciones financiera­s y en especie”.

En este contexto, también es probable que el consumidor de lujo, al menos de momento, adopte un criterio nuevo, el de comprar “menos cosas, pero mejores”. “Yo le llamaría el consumidor cauteloso”, apunta el consultor Mario Ortelli. “Digamos que en el futuro se necesitará­n más argumentos para justificar una compra de un bien de lujo”, concluye.

Si el turismo no se recupera, la mitad de la demanda quedará estancada

 ?? WU HONG / EFE ?? Dos clientes, en un centro comercial con tiendas de lujo en Pekín
WU HONG / EFE Dos clientes, en un centro comercial con tiendas de lujo en Pekín

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain