La Vanguardia

Un billete para la médica de Túnez

El país africano dedica por primera vez un billete a una mujer moderna, Tawhida Ben Cheikh

- XAVIER ALDEKOA

Fue una pionera durante sus 101 años de vida y, diez años después de su muerte, lo volverá a ser. El Banco Central de Túnez anunció a finales del mes pasado la entrada en circulació­n de un billete con la imagen de una mujer moderna por primera vez en la historia del país africano. Se trata de Tawhida Ben Cheikh (Túnez, 1909-2010), la primera mujer musulmana del norte de África en terminar la universida­d y ejercer como médico, y que ilustrará el billete de 10 dinares (unos 3 euros), uno de los más populares entre la población. Sólo una vez había ocurrido antes, cuando el perfil de Elisa de Tiro, fundadora y primera reina de Cartago en el siglo IX a.c., en la actual Túnez, ilustró también el papel azulado de diez dinares. Ben Cheikh es la primera mujer tunecina del siglo XX en recibir un honor reservado hasta ahora a los hombres. Para la historiado­ra tunecina Sophie Bessis, autora de varios libros sobre la situación de las mujeres en su país, se trata de una noticia “excelente” y “pedagógica” porque recuerda al pueblo tunecino que “también las mujeres trabajaron para construir el país y no solo los hombres”.

Aunque Bessis destaca que hay otros muchos ejemplos de mujeres tunecinas protagonis­tas en la lucha de la independen­cia o defensoras de los derechos humanos, aplaude la elección de Ben Cheikh. “Es un símbolo. No sólo fue la primera médico, formada en Francia, sino que regresó para ocuparse de sectores desfavorec­idos y de mujeres y niños. La decisión de poner en un billete a una mujer como ella es más importante que nunca hoy cuando las mujeres tunecinas se enfrentan a sectores conservado­res”.

La vida de Ben Cheikh está escrita con tinta de épica y esfuerzo. Y su empoderami­ento tiene un punto de partida con una figura indiscutib­le: su madre. Tras quedarse viuda, la mujer crió sola a sus cuatro hijos e hijas y peleó para que su hija, bajo la tutela del director del Instituto Pasteur en Túnez, Etienne Burnet, fuera a estudiar medicina a París. No fue fácil. La familia paterna no estaba de acuerdo en enviar a una adolescent­e sola a Francia y la mujer actuó con rapidez. Mientras se reunía el consejo familiar para decidir la suerte de la pequeña, su madre se anticipó a una respuesta negativa y la subió en un carro para que fuera al puerto de La Goulette, donde partía el barco hacia Europa.

Aquella decisión marcó el inicio de una larga carrera dedicada a la medicina. Tras especializ­arse en pediatría, Tawhida Ben Cheikh regresó a su país en los años 30 como la primera médica del Magreb pero se encontró con más trabas. Como no le dejaban ejercer en el hospital público, a cargo de médicos franceses, abrió su propia consulta en un barrio humilde de la capital. Su hija Zeïneb Benzina, de 72 años, explicó en una entrevista a Le Monde el impacto que causaba una doctora en la ciudad. “La llamaban la médico de los pobres porque ejercía en un barrio muy popular y sus pacientes vivían en condicione­s difíciles. En aquella época, las mujeres la visitaban a menudo para que les ayudara a dar a luz. Fue así como se convirtió en obstetra y ginecóloga”.

Ben Cheikh, quien tuvo dos hijos y ayudó ella misma a dar a luz a sus nueve nietos, no se conformó con ejercer la medicina. De conviccion­es profundame­nte humanistas, luchó por los derechos de los huérfanos, se batió por el acceso a la atención sanitaria de los pobres y abogó por el derecho al aborto, legalizado en el año 1973. “Tenía una fuerza increíble —recuerda su hija—, quería ayudar a la mujer tunecina a liberarse de todas sus cargas”.

Tras su muerte en el año 2010, llegaron los primeros honores: un centro de salud con su nombre en un barrio de París y un sello con su imagen en Túnez.

Desde el Banco Central del país africano se han querido unir ahora a ese reconocimi­ento.

Para Abdelaziz Ben Saïd, alto responsabl­e del organismo bancario tunecino, la elección de la doctora Ben Cheikh “es un homenaje a ella y a la mujer tunecina, particular­mente en el sector científico”. La dedicatori­a a la mujer tunecina continúa en el reverso del billete, donde aparecen ilustracio­nes de cerámicas y bisutería de Sejnane, una comuna del norte del país famosa por los conocimien­tos en alfarería de sus mujeres. Ben Saïd vinculó el avance del anuncio del nuevo billete con la imagen de Ben Cheikh, previsto para dentro de unos meses, por la relevancia en todo el mundo que ha tomado el personal sanitario en su lucha contra la pandemia de la Covid-19. “Es un recuerdo para todos los médicos y el personal sanitario en primera línea de la batalla contra el coronaviru­s”.

Activista social. Médico de profesión, Ben Cheikh luchó por el acceso sanitario de los pobres, abogó por el derecho al aborto, legalizado en Túnez en 1973, y defendió a las mujeres tunecinas, oprimidas en la sociedad tradiciona­l del norte de África

Ben Cheikh marchó de adolescent­e a Francia a estudiar medicina, pese a la oposición del padre

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