Francia da una prima de hasta 1.500 euros a los sanitarios por su esfuerzo
El Gobierno francés anunció ayer que pagará una prima de entre 500 y 1.500 euros, libre de impuestos y cotizaciones sociales, al personal sanitario por el gran esfuerzo que está realizando para combatir la pandemia de la Covid-19. Se beneficiarán de la cantidad máxima quienes trabajan en los departamentos más golpeados por el coronavirus. Está en estudio compensar también a los que trabajan en residencias de ancianos y en asistencia domiciliaria a personas vulnerables. Después de la crisis, el ministerio de Sanidad quiere mejorar la remuneración general de médicos, enfermeros y auxiliares.
El número de fallecimientos acumulados, según los datos de ayer, llegó a 17.167, un aumento significativo, de 1.438 muertes, respecto al día anterior, pero ello se debe a que se contabilizan, con retraso, los óbitos en residencias de ancianos que hasta ahora no habían comunicado la información. Como elemento positivo, ayer fue el primer día en que descendió (en 513) el número de hospitalizados, y por séptimo día consecutivo bajaron los enfermos en cuidados intensivos.
Horas antes de darse a conocer las últimas cifras, Didier Raoult, profesor del Instituto Hospitalario
Universitario de Marsella, volvió a crear polémica al afirmar que en esta ciudad del sur y en su región la pandemia podría desaparecer en pocas semanas gracias a la llegada del calor y al tratamiento que él prescribe, a base de hidroxicloroquina (derivado de la cloroquina, un antipalúdico), combinada con un antibiótico, la azitromicina. Raoult lleva semanas sacudiendo el debate en Francia. Unos lo tienen por un mesías a quien no se hace caso; otros lo consideran un charlatán que sólo busca protagonismo. Una parte considerable de la comunidad médica cree que los beneficios del tratamiento de Raoult no están probados y que los estudios realizados no son serios, pues se vulneró el principio básico de comparar al colectivo tratado con los medicamentos con otro al que sólo se da un placebo sin efecto. Suecia, por ejemplo, ha decidido dejar de usar la cloroquina por su escasa efectividad contra la Covid-19 y los daños colaterales graves –en corazón y riñones– constatados en algunos pacientes. Pese a la controversia nacional, el presidente de la República, Emmanuel Macron, visitó a Raoult la semana pasada, en su instituto marsellés, donde pasó varias horas. Su presencia, criticada por algunos por demasiado temeraria, no quiso que fuera interpretada como un aval sino como un gesto para que ninguna posibilidad de cura sea descartada.