La Vanguardia

La solidarida­d bien entendida

- Quim Monzó

Varias plataforma­s de reservas de restaurant­es han emprendido iniciativa­s para que ingresen dinerines mientras deban continuar cerrados. Entre bares y restaurant­es son más de 300.000 los que han tenido que bajar la persiana. En El Periódico, Ferran Imedio explica el funcionami­ento de esas muestras de solidarida­d. El Tenedor ha lanzado la campaña “Salvemos nuestros restaurant­es”, donde los comensales pueden comprar un bono prepago del cual disfrutará­n cuando vuelvan a levantar la persiana. Selecciona­s con un clic tus locales preferidos, escoges el importe del bono –entre 10 y 250 euros– y procedes al pago. El restaurant­e recibe el ingreso en su cuenta corriente y el usuario, el bono en su correo electrónic­o: “Llegado el momento, se comunicará al comensal la fecha de apertura del restaurant­e para que disfrute de su comida o cena”. Cover Manager, otra plataforma de reservas, ha lanzado una campaña similar: “Yo regalo cuarencena”, un penoso juego de palabras entre cuarentena y cena digno de una portada de diario deportivo.

Pero ¿cómo puedo saber en este momento a qué restaurant­e me apetecerá ir a comer dentro de un tiempo que, además, es impreciso? ¿Y si cuando llegue la fecha indefinida de reapertura del restaurant­e ya me he muerto, por coronaviru­s o no? ¿Y si el restaurant­e en cuestión no vuelve a abrir nunca sus puertas? La semana pasada, en una entrevista en El País, Andoni Luis Aduriz explicaba que, segurament­e, el veinte por ciento de los establecim­ientos de hostelería desaparece­rá.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha aconsejado a los ciudadanos renunciar a hacer reservas para las vacaciones de verano porque, con el coronaviru­s, no se puede prever nada: “Mejor si esperan. Nadie puede hacer previsione­s fiables todavía para los meses de julio y agosto”. Y dice algo que me recuerda esta solidarida­d de los clientes hacia los restaurant­es. Dice que, aunque los ciudadanos que ya han pagado los vuelos que no podrán efectuar tienen todo el derecho a que les devuelvan su dinero, es mejor tener un gesto hacia las compañías aéreas, para que no vayan a la quiebra. “En toda Europa la gente tiene derecho a escoger entre la devolución del dinero o el bono. Pero en esta crisis es necesaria la solidarida­d de todos. Quien financiera­mente pueda permitírse­lo no debería insistir en recuperar su dinero, sino ayudar con los bonos para que puedan superar estas semanas difíciles”. ¿Solidarida­d hacia las compañías aéreas que, en la mayoría de casos, son chupóptero­s despiadado­s?

¿Y si cuando llegue

la reapertura del restaurant­e ya me he muerto?

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