La insolidaridad del rey de Tailandia durante la pandemia escandaliza a su país
El comportamiento de Rama X, que regresa por un día a su país, levanta ampollas
Como antiguos súbditos que fueron de Luis II, también conocido como “el rey loco”, los habitantes de la región alemana de Baviera están acostumbrados a las excentricidades de algunos monarcas. Quizás por eso, aquí casi nadie arqueó las cejas al saber que el rey tailandés, Maha Vajiralongkorn, y su ejército de cortesanos –incluido un supuesto harén de 20 concubinas– reservaron un lujoso hotel de la región alpina para su uso y disfrute exclusivo durante el confinamiento al que obliga el coronavirus.
Mucho peor fue recibida la noticia en el país que en teoría reina pero que apenas pisa. Sus continuas y prolongadas ausencias en territorio germano, más aún en tiempos tan delicados como los actuales, hicieron que hace unas semanas la etiqueta “¿Para qué queremos un rey?” corriera como la pólvora por las redes sociales tailandesas. Un hecho muy significativo si se tiene en cuenta que las leyes de lesa majestad de ese país son de las más duras del mundo, con castigos de hasta 15 años de prisión para los que osen alzar la voz contra los miembros de la corona.
En medio de la campaña de críticas, el rey Vajiralongkorn, cuyo apelativo dinástico es Rama X, rompió su aislamiento de lujo la semana pasada para visitar Tailandia y participar en el día Chakri, una festividad que festeja la monarquía de la que él es la cabeza visible.
Primero viajó a Zurich, donde se reunió con la reina Suthida, que desde hace unas semanas permanece en cuarentena voluntaria en un acomodado hotel de la capital suiza. Ya juntos, volaron a Bangkok a bordo de una aparato de la aerolínea Thai Airways movilizado expresamente para ellos, dado que la empresa suspendió sus operaciones en Europa hace un par de semanas a causa de la pandemia.
En la capital les esperaban el primer ministro, el general Prayut Chan-ocha, y su mano derecha y jefe de las fuerzas armadas, Apirtat Kongsompong, que le acompañaron durante los festejos.
Pero si alguien pensaba que con este viaje pretendía reconciliarse de alguna manera con su pueblo, la realidad le dio con un canto en los dientes: en poco más de 24 horas ya estaba de vuelta en el Grand Hotel Sonnerbichl germano. Un nuevo desplante para una de las poblaciones del sudeste Asiático más afectadas por la Covid-19, que hasta la fecha suma unos 2.600 casos y 41 fallecidos.
La actitud de Rama X es la antítesis de la de su progenitor, el rey Bhumibol, un monarca que siempre contó con la veneración de la mayoría de sus súbditos durante los 64 años que reinó hasta su fallecimiento en el 2016. Frente a la mesura y recato del padre, contrastan los excesos del hijo, un habitual de las páginas del papel couché que van dando fe de sus numerosos escándalos.
Sirva de ejemplo su actuación del último año. Tan sólo cuatro días antes de su ostentosa coronación en mayo del 2019, contrajo matrimonio por sorpresa en cuartas nupcias. La elegida fue Suthida Tidjai, una exazafata que, tras iniciar su romance con el entonces heredero, pasó a formar parte de su equipo de la Guardia Real antes de que él mismo la nombrara general de la Fuerzas Armadas.
No contento con esta sorpresa de última hora, la pareja pasó a ser un terceto un mes más tarde, cuando la exenfermera Sineenat Wongvajirapak fue nombrada “consorte real” (léase concubina oficial), una práctica abandonada hacía décadas por la corona. Sin embargo, apenas habían pasado dos meses cuando el rey la repudió por “desleal”, “desobediencia” y hacer “todo lo posible por elevarse a la altura de la reina”. Tras despojarla de todos sus títulos no se ha vuelto a saber de ella.
Ahora, mientras la situación global mejora, el rey se dispone a pasar sus días lo más cómodamente posible en el caro resort de invierno alemán. Minucias para un monarca que nada más acceder al trono asumió el control directo de los alrededor de 30.000 millones de dólares que hasta entonces gestionaba de manera independiente la Oficina de Propiedades Reales.
El monarca pasa la cuarentena en un lujoso hotel de Baviera con supuestamente 20 concubinas