Barcelona, en pie y unida para su reconstrucción
Vivimos un momento excepcional, abrumados por el miedo y el desconcierto. Y no queríamos iniciar esta tribuna sin hacer llegar nuestro pésame a todas las familias que lloran a sus fallecidos. El mundo está de luto, aunque el duelo no pueda expresarse aún como es debido.
Barcelona está luchando. Desde los hospitales y centros de salud, donde el personal sanitario se bate contra el virus, hasta los nuevos alojamientos para personas en situaciones precarias, el transporte público, los servicios funerarios y sociales y la seguridad. Barcelona está en pie.
La implicación del sector público y sus trabajadores, y también la solidaridad del sector privado, son encomiables. Pero esta unión no es suficiente. No podemos trasladar las responsabilidades a los ciudadanos y no podemos perder el tiempo señalando como culpables a los adversarios políticos, ni poner fronteras internas en nuestro territorio. El virus nos ha atacado a todos, y juntos debemos levantarnos.
El Ayuntamiento ha adoptado las primeras decisiones para mitigar el duro golpe económico que ha supuesto el súbito parón de la actividad económica. Se han ampliado los plazos para el pago de impuestos, habrá descuentos en algunos tributos por el tiempo del estado de alarma y subvenciones para tratar de mantener las constantes vitales del sector cultural. Son medidas necesarias pero insuficientes para detener la caída de la facturación y la pérdida de empleos, especialmente en el comercio, la restauración y el turismo.
Barcelona pel Canvi ha propuesto actuar en muchos frentes y actuar rápido. Lo más urgente es revisar las ordenanzas fiscales vigentes y aprobar unos nuevos presupuestos municipales, esta vez sí, con el máximo consenso político. Desde nuestro grupo municipal ya alertamos de que el incremento de las tasas e impuestos no era justo ni era lo que la ciudad necesitaba en un contexto ya entonces complicado.
En una primera estimación provisional, se ha hablado de una caída de los ingresos provenientes de impuestos y tasas municipales de 200 millones de euros, el 13 % de lo presupuestado por este concepto. Urge reactivar la actividad económica y el empleo, y mantener la inversión.
Desde el Ayuntamiento debemos ser proactivos y por eso proponemos descuentos en el IBI; en el IVTM de empresas y autónomos; en el IAE; en el precio de la recogida de residuos comerciales; en el impuesto cultural y, por supuesto, dejar sin efecto el cobro de la tasa de terrazas durante seis meses tras el estado de alarma porque el sector de la restauración, uno de los que más había sufrido antes de decretarse el confinamiento, se está viendo afectado muy gravemente.
Debemos trabajar en un plan estratégico que afronte la necesaria reactivación de la economía de Barcelona. Por ello, proponemos agilizar los trámites de licencias, eliminar moratorias a la apertura de establecimientos turísticos o de restauración, y levantar vetos como el del museo Hermitage.
Pensamos que hay que implantar el Pla Autònom, Re-llançat para todos aquellos que hayan sufrido caídas notables de facturación y que deberán volver a empezar desde cero. Debemos mantener incentivos a la contratación después de los ERTE. Reforzar los recursos materiales y humanos de Barcelona Activa, y recuperar un marco jurídico estable y seguro para el sector inmobiliario.
Esta Barcelona dispuesta a luchar por su futuro ha de volver a ejercer de motor de una Catalunya que supera la parálisis y deja atrás el ensimismamiento. Una Barcelona en pie y unida con un papel relevante junto a Madrid y las comunidades autónomas en la consecución y despliegue de unos nuevos pactos de la Moncloa. Y esta es nuestra idea, hacer realidad un gran pacto entre todos para unos presupuestos de reconstrucción.