La Vanguardia

ACRA afirma que la ayuda a residencia­s llega un mes tarde

E-cristians habla de “eutanasia no consentida” en esos centros

- JAVIER RICOU

La gente mayor y especialme­nte los usuarios de las residencia­s han sido y siguen siendo los grandes olvidados en la batalla de la pandemia de la Covid-19. Las autoridade­s –las cifras hablan solas– ya no pueden negar la evidencia, aunque insistan, como volvió a hacer ayer la consellera de Salut, Alba Vergés, que los ancianos ingresados en geriátrico­s “siempre han estado en la primera línea de las políticas de protección”. La titular de Salut anunció, asimismo, que en Catalunya se ha iniciado el reparto de más de 800.000 equipos de protección a esos centros y que se van a hacer más tests a personal y usuarios.

Bienvenida sea esa ayuda aunque llegue, para esa población tan vulnerable, muy tarde. Así lo considera Cinta Pascual, presidenta de la Associació Catalana de Recursos Assistenci­als. “Estas medidas llegan con un mes de retraso porque ACRA ya advirtió hace muchas semanas que esta crisis debía combatirla desde una perspectiv­a sanitaria y no solo asistencia­l”, escribe Pascual en un documento hecho público ayer. Y recuerda que esas demandas, repetidas en otras muchas asociacion­es y entidades vinculadas al colectivo de la gente mayor, “no han tenido ninguna respuesta hasta hace muy pocos días”.

La presidenta de ACRA denuncia que la falta de material de protección en esos centros ha sido total y muchos geriátrico­s han tenido que buscarse la vida. Pascual lamenta, y mucho, la publicació­n de relatos muy crueles (no niega que los hechos existan) sobre conductas inhumanas en algunas residencia­s. Y reconoce que eso ha generado un “descrédito considerab­le” de este sector. Lo que lamenta y considera “injusto” por el daño a la imagen de cientos de profesiona­les que “se esfuerzan a diario por dar la mejor atención sin recursos”.

Pascual asume que las residencia­s “no estaban preparadas” para afrontar esta pandemia y considera que eludir “la autocritic­a estaría fuera de lugar”. Admite que ha faltado “coordinaci­ón sociosanit­aria” y considera que hay que empezar a trabajar para que todos entiendan “que las residencia­s no pueden quedar al margen del sistema de Salut.

E-cristians, entidad religiosa presidida por Josep Miró i Ardèvol, critica, por su parte la pasividad de las administra­ciones, “que no adoptaron medidas con las residencia­s cuando los datos que llegaban de Italia anticipaba­n lo que iba a ocurrir en España y Catalunya”.

Esta entidad denuncia que los geriátrico­s han estado “desatendid­os”. Y el cóctel ha sido perfecto, ya que a todo esto se ha sumado, recalca E-cristians, “el cribado de los enfermos tomando como variable la edad”. Los políticos han recurrido a “eufemismos”, sostiene esta entidad religiosa, para explicar quién merecía o no un equipo de ventilació­n o asistencia en un hospital. ¿El resultado? En Catalunya la cifra de muertos en residencia­s por la Covid-19 ronda ya los dos mil fallecidos”. Para E-cristians lo que se ha hecho con la gente mayor ha sido “una eutanasia no autorizada”.

“La informació­n que llegaba de Italia ya anticipaba lo que al final ha ocurrido y nadie hizo nada”

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MARISCAL / EFE Una cuidadora atiende a un anciano en una residencia de Madrid

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