El Tour manda y reordena
La carrera francesa se retrasa dos meses y la Vuelta apunta a noviembre
El 16 de septiembre, el pelotón con los mejores ciclistas del mundo estará escalando el col de la Madeleine y el col de la Loze. Cuatro días después, el día 20, el maillot amarillo se coronará en los Campos Elíseos de París. ¿El segundo de Bernal? ¿El quinto de Froome? ¿El primero de Quintana, Roglic o Dumoulin? Habrá que esperar casi al último día de verano para saberlo, lejos del sol de julio, su hábitat natural.
El Tour de Francia ha sido la primera de las tres carreras de tres semanas en recolocarse oficialmente en un calendario paralizado desde que el 14 de marzo acabó la París-niza. No podía ser de otra forma: se trata del sancta sanctórum del ciclismo moderno. Todo gira alrededor de la prueba francesa y su nueva ubicación, después del edicto presidencial de Macron que prohibía los eventos masivos hasta mediados de julio por el coronavirus, obligará a rehacer toda la temporada.
La Grande Boucle, programada del 27 de junio al 19 de julio, se correrá del 29 de agosto al 20 de septiembre y respetará su recorrido previsto. Es decir, arrancará en Niza y acabará en París, después de la cronoescalada a La Planche de Belles Filles del penúltimo día.
“La celebración de este evento en las mejores condiciones posibles se considera esencial dado su lugar central en la economía del ciclismo y su exposición, en particular para los equipos que se benefician en esta ocasión de una visibilidad incomparable”, razonó la Unión Ciclista Internacional, que dio el visto bueno a la preeminencia de la ronda gala y el corrimiento de fechas que eso comporta. Todo el ciclismo, desde los equipos hasta los patrocinadores y las estrellas (y sus sueldos), necesitan al Tour para que la rueda siga rodando.
Agosto y septiembre eran los meses que tenía reservados la Vuelta a España, que inicialmente debía partir de Utrecht el 14 de agosto y finalizar en Madrid el 10 de septiembre. Según el nuevo reordenamiento del curso, la carrera española apunta a noviembre, un mes en el que históricamente ya no hay ciclismo. Il Lombardía suele cerrar la temporada a mediados de octubre. Organizada por Unipublic pero apadrinada desde hace unos años por el productor del Tour, ASO, la Vuelta ya había declarado que no pondría trabas a su traslado forzoso.
“Después del anuncio del Tour ya podemos trabajar para acoplar el resto de las carreras. Hoy por hoy no podemos decir las fechas exactas pero esperamos tenerlas antes del 15 de mayo”, explicó ayer Javier Guillén, director de la Vuelta.
Lo que ya está claro es que lo único que se mantiene fijo es el Mundial de Ruta de Aigle-martigny (Suiza), que no se mueve del 27 de septiembre, una semana después del Tour. “El Giro de Italia tendrá lugar después de los Mundiales y será seguido por la Vuelta ciclista a España”, fueron las directrices de la UCI. Eso significa que la corsa rosa (habitual de mayo) se disputará en octubre y la Vuelta queda para noviembre. La UCI también se compromete a buscar acomodo a los cinco grandes monumentos de las clásicas: la Milán-sanremo, el Tour des Flandres (Bélgica), la París-roubaix, la Lieja-bastogne-lieja e Il Lombardía.
OFICIAL
La ‘Grande Boucle’ empezará el 29 de agosto y acabará el 20 de septiembre con el mismo recorrido