La Vanguardia

Digitaliza­ción contra la crisis

- Joaquín Maudos J. MAUDOS, Universida­d de Valencia-iviecunef

Hacer frente a la crisis sanitaria obliga a asumir los costes económicos de la distancia social necesaria para frenar la tasa de contagio. Esos costes son menores cuanto más preparadas están las empresas y las personas para aprovechar los beneficios de la digitaliza­ción, lo que exige una adecuada combinació­n de dotación de dispositiv­os y tecnología, y de habilidade­s digitales. El ejemplo más inmediato es el potencial que ofrece el teletrabaj­o para que la actividad económica continúe.

A nivel agregado, el indicador del grado de digitaliza­ción que elabora la Comisión Europea (DESI, por sus siglas en inglés) tiene en cuenta no sólo la disponibil­idad de recursos digitales, sino también el conocimien­to de los ciudadanos para su utilizació­n, y el uso que se realiza de la red. Con este indicador, España se sitúa por encima de la media de la UE-28, en el undécimo lugar del ranking, superando a los grandes países (Alemania, Francia e Italia). En esa posición aventajada influye la disponibil­idad de redes y las relaciones digitales entre el sector público y los ciudadanos. Pero salimos mal parados en las habilidade­s digitales de la población.

España se sitúa prácticame­nte en la media en el porcentaje de personas que tienen al menos habilidade­s digitales básicas, en concreto el 57% del total. Pero estamos aún lejos de países con Holanda, Finlandia, el Reino Unido, Suecia, Dinamarca y Alemania, donde se supera el 70% e incluso se alcanza el 80%. Cuando las personas tienen un bajo nivel de estudios, los porcentaje­s caen en picado (menos del 30%), de ahí la importanci­a de invertir en educación para cerrar brechas digitales.

En el caso de las empresas, la digitaliza­ción puede amortiguar y mucho el impacto de la crisis por muchas vías: manteniend­o la relación con el cliente (venta online), con los proveedore­s, con las administra­ciones públicas, con los trabajador­es, etcétera. En este último caso, todavía es pronto para saber cuánto ha aumentado el teletrabaj­o con la crisis, pero lo que sí sabemos es que partimos de niveles muy bajos: sólo un 4,3% de los ocupados trabajaba en el 2018 (último año disponible) habitualme­nte desde casa, frente al 5,1% del promedio europeo y lejos de los Países Bajos (14%), Finlandia (13,3%), Luxemburgo (11%) o Austria (10%).

En la elaboració­n del índice DESI se tiene en cuenta un indicador de integració­n de la tecnología digital en las empresas que considera aspectos como el uso de redes, big data, cloud computing, comercio electrónic­o, etcétera. En este indicador, España también se sitúa ligerament­e por encima de la UE-28, ocupando el décimo puesto en el ranking. La informació­n por tamaño de empresa muestra las debilidade­s que en tantos ámbitos se constatan en las microempre­sas. Así, mientras que el 78% de las grandes empresas tiene conexión de banda ancha fija rápida, en las micro cae al 55%.

En resumen, de esta pandemia vamos a sacar muchas lecciones y una es la importanci­a de aprovechar los beneficios potenciale­s de la digitaliza­ción, lo que exige invertir en educación y en adaptar las empresas antes contingenc­ias como el coronaviru­s, asegurando el correcto funcionami­ento del teletrabaj­o.

Vamos a sacar muchas lecciones de esta pandemia, y una es la importanci­a de invertir en educación digital

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain