La Vanguardia

Sant Jordi sobrevive en las redes sociales

La festividad consigue celebrarse en hospitales, internet y algunas tiendas

- XAVI AYÉN MAGÍ CAMPS

ASant Jordi no hay quien lo pare. No se ha podido celebrar en la calle, pero ha entrado –con paradas, libros y rosas– en los hospitales. Paquetes con 1.700 libros dedicados llegaron ayer a los improvisad­os hospitales de campaña en que se han convertido varios hoteles de Catalunya. Esta grata sorpresa dirigida a los pacientes enfermos de Covid-19 y a los profesiona­les que los atienden fue una iniciativa de la cadena Catalonia, apoyada por voluntario­s y con la colaboraci­ón de Penguin Random House, Glovo y Vanng. En varios de sus establecim­ientos, hubo explosione­s de júbilo y hasta algunas lágrimas. A la espera de esa vacuna que un día llegará, la medicina de ayer fue lectura y mucho cariño.

La enfermera Gemma Luna, en el hotel Fira Renaissanc­e de l’hospitalet de Llobregat, cuenta: “Aquí tenemos unos 200 pacientes y somos cinco enfermeras. Han venido cajas enteras de libros y rosas, todos los libros tenían dedicatori­as, algunas de los escritores, otras de los editores o incluso de gente anónima, o del anterior propietari­o del volumen. Me ha tocado hondo el corazón, los sanitarios estamos muy sensibles, aquí hay gente con auténticos dramas familiares, aislados en su confinamie­nto y que solo tienen contacto con nosotras. Escogí un libro al azar, Mars del Carib, de Sergi Pons Codina, y el autor había escrito: ‘La vida no se mide por las veces que respiras, sino por los momentos que te dejan sin aliento. Muchos ánimos y mucha fuerza’. Me parece precioso, me he emocionado. Luego los hemos subido a las habitacion­es y ha sido increíble, cada texto estaba escrito específica­mente para ellos”.

Entre los libros, obras de José

Saramago, Ken Follett, Ildefonso Falcones, Josep Maria Mainat, Anne Perry, Sergio Vila-sanjuán... Más dedicatori­as: “Espero que esta novela amenice tu pronta recuperaci­ón. Mucha fuerza y mucho ánimo” se lee en La gran casa, de Nicole Krauss. En Agua del limonero, de Mamen Sánchez, leemos: “Ya que no podemos viajar, este libro desde Nueva

York nos traslada hasta allí”...

En concreto, se han repartido 600 libros en el Barcelona Plaza de plaza Espanya (vinculado al hospital Clínic), 600 más en el Fira, donde trabaja Gemma Luna (vinculado al hospital de Bellvitge) y 500 libros en el hotel Catalonia Verdi de Sabadell, vinculado al hospital Parc Taulí. Por las pantallas de estos establecim­ientos (los televisore­s de las habitacion­es y de recepción) se emiten en bucle mensajes de apoyo (textos, fotos, vídeos y dibujos) que la gente envía por correo electrónic­o (compromiso@cataloniah­otels.com).

A la salida del Plaza, en plena plaza Espanya, una mujer llora de alegría mientras sube a la ambulancia para volver a casa. A Sheila Noriega le han dado el alta hospitalar­ia justo el día de Sant Jordi. “Llevaba ingresada por coronaviru­s desde el domingo 5 . Trabajo en una residencia de ancianos, como auxiliar de enfermería, tenía que entrar a las habitacion­es de foco rojo, con enfermos a 40 de fiebre, no tenía otra, para acompañarl­es al lavabo, cambiarles el pañal, controlarl­es la temperatur­a... En las residencia­s no tienen el equipo necesario, muchas personas nos hemos contagiado allí, no solamente yo. Lo peor fue que acudí a urgencias, pero no me hacían caso, fui tres días seguidos, ahogándome, y nada. Al volver a casa, me desvanecí en la calle, y una pareja de policías llamó a una ambulancia. Así ingresé en el Clínic, donde la atención ha sido buenísima. Pero andaba con pañal y un dolor de 80 huesos rotos, teniendo en cuenta que cuando pares es de 30. Me curaré, por mí y por mi hijo, soy madre soltera de un niño de 5 años”. Enseña “lo que me han dado hoy, antes de irme: mi rosita y mi libro, de Stephen King: La torre oscura I: La hierba del diablo. Me ha emocionado. Soy superlloro­na. Ahora me quedan al menos dos semanas en casa sin salir”.

Los pedidos también llegaron a

SORPRESA, SORPRESA

1.700 libros dedicados (con sus rosas) se repartiero­n en los hoteles hospitaliz­ados

EXCEPCIONE­S

Las librerías que venden prensa –como la + Bernat– abrieron sus puertas al público

muchas casas. Al margen de las grandes plataforma­s digitales, Libelista, que distribuye los pedidos de las pequeñas librerías, difundió sus cifras de la Diada. En total, recibieron 969 pedidos, que suponen 1.670 libros. Libelista distribuye a domicilio ahora o al final del confinamie­nto y de este casi millar de pedidos, un 67% fui enviado a los hogares.

En su ranking particular, incluyeron una lista de los más vendidos del día sin distinción de género o idioma. Son estos: Boulder ,de Eva Baltasar (Club Editor); Dones valentes, de Txell Feixas Torras (Ara Llibres); Canto jo i la muntanya balla, de Irene Solà (Llibres Anagrama); La madre de Frankenste­in, de Almudena Grandes (Tusquets); Guillem, de Núria Cadenes (Àmsterdam).

Llibreries Obertes, con 457 establecim­ientos adheridos y gestionada por Òmnium, llegó ayer a los 45.000 ejemplares comprados a la avanzadill­a en un mes, y también ofreció su ranking del día de Sant Jordi. En ficción: Canto jo i la muntanya balla, Boulder y

Guillem. Y en no ficción:

Dones valentes; La força de la gent, de Jordi Borràs (Ara Llibres); y Sapiens, de Yuval Noah Harari (Debate/edicions 62).

Hubo librerías que abrieron ayer. Como la + Bernat, de la calle Buenos Aires. Montse Serrano lo explicó en un directo con su socia, Mercedes Milá, quien le gritó: “¡Que te van a detener! ¿Qué haces en la librería?” “Nosotros podemos vender, Mercedes, porque también vendemos prensa, que es un servicio esencial”. Ella, y otros libreros con quiosco, tuvieron abierto, pese a los pocos clientes, “porque Sant Jordi es Sant Jordi”.

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KIM MANRESA

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