Irene Solà
Escritora
La novela Canto jo i la muntanya balla, de Irene Solà, aparece entre los libros más vendidos de este Sant Jordi atípico, con el mérito añadido de que permanece en las listas desde su publicación en mayo del año pasado.
El sol volvió a salir por Sant Jordi, aunque esta vez nadie estaba pendiente del cielo. Las redes sociales fueron las herramientas esenciales de esta festividad atípica, con más de 300 escritores participando de un modo u otro. En las conexiones telemáticas, una buena parte del tiempo se iba en intentar conectarse (suerte de los hijos) y de hablar de la anormalidad del día, antes de abordar el libro en cuestión. Y siempre el mismo deseo: “Nos vemos el 23 de julio”.
Planeta, Grup 62 y Random House llenaron toda la jornada de conexiones, pero compitiendo de tú a tú con un solo hombre, Xavier Vidal, el librero de la Nollegiu que no se levantó del ordenador en todo el día ni para comer. A lo grande o modestamente, editoriales y librerías tuvieron su Sant Jordi confinado.
Random cerró con la chilena Isabel Allende, traducida a 43 lenguas, que respondió las preguntas de los lectores –un total de 1.876– desde su casa en California. Anunció nuevo libro para noviembre, Mujeres del alma mía, una reflexión feminista con un fuerte cariz autobiográfico. “Antes las feministas no querían ser identificadas, los hombres las identificaron como grandes peludas que no sabían cómo tratarlos. Hoy, el #Metoo es inclusivo, abarca también otras minorías marginadas en este sistema patriarcal donde vivimos. Todavía hay muchas mujeres vendidas como ganado, a la prostitución, al trabajo prematuro, que son asesinadas impunemente en países como México. A los hombres tampoco les conviene el patriarcado, porque la gran mayoría son utilizados por el sistema”.
Preguntada por el coronavirus, se mostró esperanzada con que “suponga un cambio muy importante para la humanidad, que la haga reflexionar, para empezar con respecto a la conciencia del cambio climático, y que crezca la idea de que somos una sola humanidad, que el problema de un ciudadano en Wuhan afecta a la gente de Nueva York, y tenemos que ser inclusivos, no tribales. Ojalá sirva para esto y no para separarnos más”. También tuvo unas palabras para los sanitarios: “Me inspira la gente de la calle, los hombres invisibles que están en primera línea combatiendo el virus y no pueden ni volver por la noche a casa para no contaminar a la familia”. Admitió que el contacto con los lectores ya no será como antes, confesando que ha llegado a firmar 10.000 ejemplares seguidos en su casa para una promoción.
En el panorama catalán, destacaron tres escritoras: Eva Baltasar (Boulder), Irene Solà (Canto jo i la muntanya balla) y Núria Cadenes (Guillem). Baltasar declaró: “Ha sido una festividad ciertamente espe