La Vanguardia

Argentina aplana la curva pero el virus se asoma a geriátrico­s y villas miseria

- ROBERT MUR Buenos Aires. Correspons­al

Argentina cumple hoy cinco semanas de confinamie­nto obligatori­o. Una medida exitosa desde el punto de vista sanitario pero desastrosa económicam­ente para un país al borde de la suspensión de pagos. Las bajas cifras de contagios y muertes ratifican que la temprana declaració­n de estricta cuarentena por parte del presidente Alberto

Fernández ha salvado vidas, ganando tiempo para reforzar el sistema sanitario público que, aun con muchas deficienci­as, es uno de los mejores de Latinoamér­ica.

Sin embargo, esta semana los argentinos están vislumbran­do por primera vez los efectos del virus en los geriátrico­s que ya se han vivido en España. A pesar de que hace un mes las autoridade­s anunciaron protocolos específico­s para prevenir la entrada del virus en estos centros –como prohibir las visitas– parece que no se aplicaron en varios de ellos. En los últimos días, cuatro geriátrico­s –tres en Buenos Aires y uno en Córdoba– han presentado múltiples contagios, tanto en ancianos como en trabajador­es, y al menos dos muertes. Vamos a incentivar fuertement­e los controles de cada jurisdicci­ón en los geriátrico­s; es una bomba de tiempo cuando entra el virus ahí”, afirmó el ministro de Salud, Ginés González García.

Por otro lado, también esta semana se han conocido los dos primeros casos en una villa miseria, aunque el hacinamien­to y la precarieda­d en la atención sanitaria que viven estas favelas argentinas –la mayoría situada en la provincia bonaerense– hace prever que haya más contagios aunque no hayan salido a la luz. Los dos positivos confirmado­s por las autoridade­s se han detectado en la Villa 31, el asentamien­to urbano más emblemátic­o del país, situado en el centro de la capital.

Otro foco de preocupaci­ón se sitúa en las cárceles, donde el hacinamien­to es norma. Un recluso murió el miércoles durante una pelea generada durante una protesta de los internos para exigir la prisión domiciliar­ia a causa del coronaviru­s en un centro penitencia­rio de Florencio Varela, a las afueras de Buenos Aires. Este fallecido se suma a otros cinco presos muertos en varios motines a finales de marzo.

El presidente Fernández evaluaba anoche una nueva extensión de la cuarentena, que debería acabar este domingo. Pese a la presión empresaria­l, la paralizaci­ón productiva casi total continuará vigente en los grandes centros urbanos del país –el epicentro se halla en la capital y su área metropolit­ana–, aunque podría flexibiliz­arse en algunas provincias poco pobladas donde apenas hay casos de la Covid-19. Ayer Argentina acumulaba 3.288 contagios y 159 fallecimie­ntos.

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