Irán promete responder a cualquier agresión naval estadounidense
La guerra verbal en el Pérsico rescata de las profundidades el precio del crudo
Irán responderá “de forma rápida y contundente” a cualquier agresión a sus embarcaciones por parte de “barcos terroristas de EE.UU”. El general Hosein Salami, comandante de los Guardianes de la Revolución, ha replicado así al presidente Donald Trump, que ayer tuiteó: “He dado instrucciones a la Marina de Estados Unidos de que dispare hasta destruir a cualquier patrullera iraní que hostigue a nuestras naves en el mar”. Más tarde, el mandatario estadounidense precisó gráficamente: “Que las vuelen fuera del agua”.
Hace una semana, fuentes militares estadounidenses revelaron que once patrulleras iraníes habían realizado maniobras peligrosas y hostiles alrededor de una flotilla estadounidense. Teherán tardó en reaccionar, pero finalmente el Guía Supremo de la Revolución, Alí Jamenei, dijo que sus fuerzas cumplían con su trabajo, antes de apuntillar: “Ese miedo refleja problemas dentro de la marina de EE.UU., que con cinco mil infectados de coronavirus –dijo en alusión a los brotes en portaaviones- debería atender sus propias necesidades en lugar de lanzar amenazas”.
El propio ministro de Exteriores iraní, Javad Zarif, ha preguntado “qué se les ha perdido a los estadounidenses a más de siete mil millas de sus costas”. Teherán compara la presencia de la Quinta Flota –con base en Bahréinen aguas del golfo Pérsico con una hipotética presencia militar iraní en el golfo de México.
Washington, por su parte, dice defender la libertad de navegación en aguas por la que discurre el 20% de los petroleros.
No obstante, ahora mismo el principal problema de los petroleros no es circular, sino llegar a vender y descargar su carga sin incurrir en pérdidas, ante la brutal contracción de la demanda. De modo que Washington y Teherán, por una vez, tienen un interés común en esta guerra de palabras. Irán, porque es su principal exportación, todavía bajo sanciones estadounidenses. Y EE.UU., porque su apuesta política por el petróleo de esquisto está abocada a la quiebra a estos precios, con el riesgo de arrastrar a los bancos que la han avalado.
A principios de esta semana, con el barril de petróleo hundido en su cotización más baja en dos décadas, Trump tuiteaba que haría lo que fuera “para no dejar caer a nuestra gran industria del gas y del petróleo”. Anteayer, con un tuit ya abiertamente belicoso, el precio del crudo salía definitivamente de las profundidades y el barril del mar del Norte subía un 13%, mucho más en EE.UU.
Cabe añadir que los Guardianes de la Revolución, que responden directamente al guía supremo, hicieron ayer una demostración de fuerza con la puesta en órbita del Nur-1, el primer satélite militar iraní, sin previo aviso y desde una rampa que se creía en desuso, todo ello en mitad de una pandemia que ha golpeado a Irán más que a nadie en Asia.
Tanto es así, que Teherán se ha visto obligada a pedir un préstamo al FMI, que ha sido vetado por Washington.
La UE, no obstante, logró a finales de marzo su primera transacción con Irán, hecha en euros y a través del sistema INSTEX -en lugar de SWIFT- con una venta de material sanitario que burla las sanciones unilaterales de la Casa Blanca.
En cualquier caso, Francia ha expresado su “firme condena” por el lanzamiento del satélite militar, que considera una contribución “al progreso ya de por sí preocupante” del programa balístico iraní. París, como Washington, considera a este último una amenaza para la región.
Sobre el Nur-1 añade que “no respeta la resolución 2231 del Consejo de Seguridad de la ONU”, en referencia al acuerdo nuclear suscrito por las cinco potencias atómicas oficiales, además
Los Guardianes de la Revolución colocan en órbita el primer satélite militar iraní para guiar sus misiles
de Alemania, con Irán, del que se desvinculó Trump.
El objetivo del presidente-empresario es renegociar el acuerdo, introduciendo limitaciones al programa balístico, para preservar la capacidad de disuasión convencional de Israel, al margen de su arsenal nuclear no declarado. Pero Ali Jamenei ya había repetido por activa y por pasiva que no va a negociar nada con esta Casa Blanca y el asesinato de Qasem Soleimani colmó el vaso.