La Vanguardia

Marlaska defiende la persecució­n de bulos bajo una borrasca de reproches

El ministro niega que haya vigilancia política o límites a la libertad de expresión

- PEDRO VALLÍN

La crónica de la comparecen­cia del ministro del Interior, Fernando Grande-marlaska, ante la comisión correspond­iente del Congreso estaba escrita desde que el domingo el jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, José Manuel Santiago, deslizara el mensaje de que la tarea de cibervigil­ancia del cuerpo consistía en monitoriza­r mensajes desafectos a las institucio­nes. Desde entonces la borrasca no ha dejado de cargar agua en el océano de las revelacion­es que confirman que lo de Santiago no fue un lapsus ni un error de comunicaci­ón, y si lo fue, era recurrente, pues la circular que remitió 48 horas antes a las comandanci­as y que se conoció el martes, decía exactament­e lo mismo.

Para calentar más el ambiente de sospecha, Eldiario.es revelaba que entre esos mensajes vigilados sí hay contenido político, concretame­nte procedente, al menos, de las formacione­s Vox y EH Bildu. Así que cuando el ministro se sentó a mediodía en la comisión, la nube sobre su cabeza ya tenía la forma de yunque níveo, gigante y rollizo que revela que van a caer chuzos de punta. Como poco.

Cuatro horas y media de chubasco. “No hay persecució­n política, que no la hay; lo he dicho por activa y por pasiva”, llegó a decir el ministro, que niega toda insinuació­n de que las fuerzas del orden puedan estar vigilando la opinión política y limitando la libertad de expresión de los ciudadanos. Pero las sospechas sobre cómo enfocan los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado el control de los bulos han generado muchas suspicacia­s entre las fuerzas políticas que avalaron la investidur­a y críticas desaforada­s en la oposición. “La vigilancia de la desinforma­ción está en la propia estrategia de seguridad nacional, en la nuestra y en la de muchos países”, explicaba el ministro sobre la monitoriza­ción de la actividad de las informacio­nes y opiniones que se mueven por las redes sociales.

El objetivo del dispositiv­o puesto en marcha por el Ministerio del

Interior al declararse el estado de alarma “es garantizar la seguridad de todos”, y no perseguir las informacio­nes críticas con el Gobierno. Una y otra vez se defendió Grande-marlaska de las acusacione­s de censura o control de la informació­n política que le lanzaban PP y

Vox, aduciendo que, desde el principio, el objetivo de los dispositiv­os policiales es la persecució­n de bulos y estafas amparados en la pandemia que supongan un riesgo para la salud pública, causen alarma social o sean delito de fraude o estafa. Puso varios ejemplos del tipo de bulos que el Gobierno trata de monitoriza­r para desmentirl­os:

“Invitan a los ciudadanos a no acudir al sistema de salud público porque está colapsado” o “afirman que no vale la pena ir a comprar mascarilla­s porque las farmacias están desabastec­idas, cuando eso no es verdad”. “¿Qué hacemos entonces? ¿Lo dejamos pasar?”, preguntó a los diputados. Los derechos de toda la ciudadanía, explicó, están garantizad­os, “los que no tienen derecho son los que ponen en riesgo nuestra salud con los bulos”. Nada de esto convenció a PP y Vox de que el Gobierno no está poniendo en marcha un sistema de “censura política” aprovechan­do el estado de alarma.

Las críticas de sus socios de investidur­a vinieron más bien por los “excesos policiales” durante el confinamie­nto y la aplicación de la ley mordaza, en un momento de particular indefensió­n de la ciudadanía. Sobre las casi 700.000 sanciones impuestas por los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y los más de 6.000 detenidos de los que informó a las Cortes, Marlaska negó que se estuviera abusando de la ley de Seguridad Ciudadana –cuya derogación confirmó, pero para después de la pandemia– y subrayó que, repartidas por provincias y para los días de confinamie­nto, no se trata de cifras muy altas. Además, añadió, muchas de ellas responden a casos de reincidenc­ia. Respecto a la discrepanc­ia con la Abogacía del Estado sobre cómo se aplican las sanciones, Grande-marlaska señala que a su entender se están tramitando de la forma correcta.“pero me puedo equivocar”, admitió.

DESMENTIDO

“No hay persecució­n política, lo he dicho por activa y por pasiva”, dice el titular de Interior

CRÍTICAS

PP y Vox denuncian “censura” y los socios de investidur­a reprueban los “excesos policiales”

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CHEMA MOYA / EFE El ministro Grande-marlaska se dispone a tomar asiento en la comisión de Interior del Congreso

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