Pacto para relanzar Barcelona
El pasado martes publicamos los resultados de una encuesta que señalaba que la primera preocupación de los ciudadanos de Barcelona es la grave situación económica derivada del coronavirus y sus consecuencias sobre su situación laboral. Un panorama muy pesimista –el 86% de encuestados se declaraba muy o bastante preocupado– ante el cual el Ayuntamiento barcelonés tiene que movilizarse para articular respuestas y soluciones porque de las decisiones que adopte en las próximas semanas –junto con las que aprueben la Generalitat y el Gobierno– dependerá que la capital catalana pueda recobrar el pulso y reconstruirse.
Y en este sentido resulta alentador observar, al menos de momento, que todas las fuerzas políticas presentes en el Consistorio barcelonés coinciden en la necesidad de aparcar disputas y trabajar juntas para que Barcelona pueda poner en marcha un acuerdo de reconstrucción en el que deberán participar también los agentes económicos, sociales, culturales y educativos, y cuya primera piedra se pondrá el día 28 con una sesión constitutiva para empezar a diseñar ese pacto de ciudad. La comisión municipal conjunta celebrada el miércoles ratificó el clima de consenso y de trabajo en común para abordar la pospandemia. Todas las formaciones políticas apostaron por dejar a un lado los partidismos y poner Barcelona como el único fin. Ese debe ser el objetivo y ese debe ser el espíritu.
Para lograr la recuperación y el relanzamiento de la capital catalana habrá que ajustar el presupuesto municipal de este año, que registrará unas pérdidas de ingresos de más de 200 millones. Habrá que adaptarlo, así como la fiscalidad, a la nueva realidad y al mismo tiempo empezar a poner las bases para las cuentas municipales del 2021. Y probablemente habrá que echar mano de los 65 millones de euros de superávit municipal. Para superar la crisis creada por la Covid-19, Barcelona necesitará el esfuerzo de todos –partidos, entidades, ciudadanía–, pero el hecho de que los representantes municipales estén de acuerdo en que sólo desde el pacto y el consenso podremos remontar esta crisis supone un aspecto muy positivo que lanza un mensaje de esperanza sobre la necesidad de dibujar juntos una hoja de ruta para este año y el próximo.
Barcelona, como todas las ciudades y villas catalanas, necesitará una reactivación económica y social que relance el turismo, la hostelería, el comercio, la cultura, los espectáculos y tantos otros sectores más. Que los representantes públicos, que tienen en sus manos la implementación de normas, medidas y decretos que contribuyan a la recuperación de la pandemia, vayan todos a una debe facilitar esa tarea. Ojalá este clima de consenso y de pacto político se extendiera más allá de estos momentos excepcionales para hacer posible el regreso a una normalidad lo más parecida posible a la que teníamos antes de la llegada del coronavirus.
El consenso entre los partidos para reconstruir la capital catalana supone
una noticia positiva