La Vanguardia

“No podemos rendirnos”

Miriam, en lista de espera desde noviembre: “No dejo de estar pendiente del teléfono; si suena y hay un corazón, bienvenido sea”

- A. LÓPEZ TOVAR

Es como el motor de un coche; si no funciona, hay que cambiarlo”, ilustra Miriam, de 39 años. En noviembre, después de 27 años tratándose en el hospital Clínic de la miocardiop­atía que padece, entró en la lista de espera de un corazón. Como sucede en todas las personas pendientes de un trasplante, el teléfono ha pasado a ser el objeto más importante en su vida, una conexión con el futuro.

“La Covid-19 ha sido un jarro de agua fría para las esperanzas de los que estamos esperando un corazón. Hasta hace poco estábamos mirando el teléfono a ver si llegaba esta llamada. Ahora es más duro porque sabemos que no va a sonar”, explica, con más realismo que resignació­n. Porque intenta mantener el optimismo y, sobre todo, una confianza incondicio­nal en los profesiona­les del sistema sanitario. “Yo no lo he querido preguntar, pero entiendo que por esta situación temporal todo (los trasplante­s) esté paralizado, pero tengo el teléfono disponible las 24 ahoras. No dejo de estar pendiente, porque si suena y hay un corazón, bienvenido sea”, explica.

Miriam habla por teléfono. “Para mí un simple resfriado es fatal –puntualiza–. Somos de muy alto riesgo. Tenemos que tener mucha precaución, cuidarnos mucho. Desde que empezó todo esto no he sacado el hocico a la calle para nada”. Desde el confinamie­nto en Barcelona observa las devastador­as consecuenc­ias de la pandemia y se muestra extraordin­ariamente solidaria con las víctimas: “Si somos sinceros y humanos, nuestro problema es temporal. No podemos dejar de pensar en estas personas que se han ido y en sus familias por esta tragedia mundial. Nosotros tenemos todavía la esperanza de que esto va a pasar, porque pasará. Tengo una vida muy limitada pero soy consciente de que hay gente que está peor que yo. Comprendo que hay gente peor.”.

Miriam no afronta la espera en solitario. Por un lado se apoya en el pilar de la familia: “Mi madre es súper optimista, está luchando conmigo, nunca me ha dejado sola. Hay que ir quitándose problemas. No vale de nada estar ahí lamentándo­te… tienes tus momentos de bajón y tus cosas, porque somos humanos, pero no te puedes estar recreando en por qué me ha pasado esto”. Por otra parte está el personal del Clínic, del que recibe una o dos llamadas semanales interesánd­ose po su estado. “Ahora sale a la luz el trabajo del personal sanitario y la gente se vuelca con ellos, pero a mí no me sorprende porque mi experienci­a siempre ha sido así. Siento un agradecimi­ento infinito y confío en ellos desde el primer momento. Tenía 12 años cuando me empezaron a tratar, y estos profesiona­les te dan vida, esas ganas de seguir luchando y dar gracias a la vida. No hay que decaer, hay que tener fe paciencia y estar siempre dando gracias porque son excelentes profesiona­les”.

Miriam cuelga. Seguirá esperando. Esperando que la situación de las UCI se normalice, esperando el hallazgo de un corazón compatible... “No podemos decaer hay que seguir luchando. La esperanza es lo último que se pierde”.

“Ahora sale a la luz el trabajo del personal sanitario pero a mí no me sorprende; siempre ha sido así”

 ?? LV ?? Miriam, durante su confinamie­nto en Barcelona
LV Miriam, durante su confinamie­nto en Barcelona

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain