Un paquete, ‘A la Rue’ y un milagro
Anécdotas y contratiempos de un torneo de tenis único
Más de seis décadas de historia del Trofeo Conde de Godó dan para muchas anécdotas, algunas fruto de la casualidad, otras, de contratiempos imprevistos. En sus primeros años, cuando las comunicaciones no estaban desarrolladas como en nuestros días, y cuando la intuición superaba a la programación, el Real Club de Tenis Barcelona supo dar respuesta a todo tipo de situaciones.
La intrahistoria del torneo incluye incluso personajes imaginarios. Miguel Lerín, responsable técnico del Trofeo Conde de Godó, reunía a los vocales deportivos del club en su torre de Vallvidrera. Allí, en una época en la que no existían rankings oficiales, ni listas de entradas de jugadores, era donde se efectuaban los sorteos del cuadro principal.
En 1958, Toni Corominas recogió en el aeropuerto a Bob Perry y Budge Patty, y un paquete que le entregaron en aduanas. Tras dejar en el hotel a los jugadores, Corominas fue a las oficinas del club y escribió en la hoja de llegadas: B. Patty, B. Perry y J. Paquet.
Lerín pensó que Paquet era un tenista, lo bautizó como John, y lo colocó en el cuadro principal para enfrentarse en primera ronda a Mario Castellà, quién lógicamente ganó por incomparecencia. Tras John
Paquet, apareció A la Rue (A la calle). El reto más difícil se produjo en 1959. Los australianos Roy Emerson y Neale Fraser se habían clasificado para la final. Nadie esperaba una jornada marcada por una gran borrasca que trajo una lluvia persistente a la ciudad. Por compromisos inevitables, Emerson y Fraser debían abandonar Barcelona en la mañana del lunes. No había opciones de posponer la final. El Real Club de Tenis Barcelona movió los hilos para que el torneo no se quedara sin campeón.
A las 22.45h, con las gradas llenas, la final daba comienzo en el Palacio de los Deportes sobre pista de cemento. En tiempo récord, con promoción del cambio a la salida de los partidos de fútbol, el club montó una pista y salvó las finales de individual y dobles que concluyeron a les tres de la madrugada.