Conviene estar alerta
Escuché con atención la rueda de prensa que Pedro Sánchez dio el día 12 después de hablar con todos los presidentes de las autonomías. Y también, y con esfuerzo, escuché una buena parte de la rueda de prensa posterior que hizo Quim Torra desde la Generalitat, y creo que es necesario aclarar que si en el discurso de Pedro Sánchez tan sólo se priorizaba la salud pública por encima de todo y pedía la unión de todos contra esa pandemia que nos ha llegado, en cambio, el discurso de Quim Torra fue, como de costumbre, un intento de poner palos a las ruedas de las propuestas presentadas por el Gobierno central. Una muestra bastante clara de ello es que un periodista le preguntó si ya tenían las mascarillas para proteger al personal, enviadas por el Gobierno; él le contestó que sí que las tenían, pero que no había ninguna hoja de instrucciones de cómo se tenían que repartir; dicho de otra manera, a este Gobierno de la Generalitat no le agrada que las mascarillas se repartan mediante las fuerzas de seguridad de todo el Estado, autonómicas incluidas. Y también aprovechó para decir que otras autonomías, como Castilla y León y Madrid, también encontraban inconvenientes; autonomías gobernadas por la derecha, claro.
Al margen del desastre de la pandemia, hay, como aseguraba hace unos días Enric Juliana en la edición digital de este diario, un intento compartido entre las autonomías que gobierna la derecha y sus afines de derribar al Gobierno central, y los que como yo misma y mucha más gente estamos agradecidos de cómo se está llevando desde el Ejecutivo toda esta situación de crisis global, y que además creemos en la buena gente que lo está haciendo y obteniendo buenos resultados, no queremos de manera alguna que esta clase de protestas interesadas desde algunas instituciones autonómicas estropeen el buen trabajo que se está llevando a cabo y la transparencia que se está dando en las informaciones diarias, cosa que ninguno de los que ahora protestan no ha hecho nunca.
Aprovechando el Pisuerga, como se suele decir, aunque esta vez el Pisuerga es un virus letal que se lleva vidas, de manera que poner palos a las ruedas a un monto de decisiones guiadas por los técnicos sanitarios es una obscenidad.