Arqueólogos del CSIC hallan una momia de 3.600 años con su ajuar
Tenía 15 o 16 años y reposaba de costado en un ataúd con su ajuar. Se trata de la momia de una joven, cuya antigüedad se data en unos 3.600 años y ha sido encontrada en una colina en Luxor (Egipto) por arqueólogos españoles del Proyecto Djehuty. Es el descubrimiento más importante de la campaña de excavaciones realizada que llevan a cabo desde enero los integrantes de este proyecto que lidera el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
El ataúd antropomorfo de la dinastía XVII del antiguo Egipto fue hallado en la colina de Dra Abu elnaga, en la antigua Tebas, y en él descansaba esta joven, que medía 1,59 metros.
La mujer portaba aún su ajuar, formado por dos pendientes, dos anillos y cuatro collares, uno de ellos de gran valor según explica el CSIC en un comunicado.
El ataúd, pintado de blanco y tallado en un solo tronco de árbol, probablemente un sicomoro, apareció a unos metros del patio de entrada a la tumba-capilla de Djehuty, supervisor del Tesoro y de los trabajos artesanos de la reina Hatshepsut. El féretro estaba junto a una pequeña capilla hecha en adobe del año 1600 a. C.
Los expertos explicaron que el ataúd fue abandonado sobre el suelo por saqueadores de tumbas en época antigua que, sin embargo, lo dejaron “con cierto cuidado y sin abrir”.
Una radiografía de la momia dentro del ataúd reveló que la joven llevaba dos pendientes en la oreja izquierda y dos anillos (uno en cada mano), uno de hueso y otro de vidrio azul con un engarce y un cordel alrededor del dedo. Sobre el pecho se habían colocado, formando un pequeño montón, cuatro collares, dos de cuentas de fayenza (un tipo de cerámica artesanal con acabado vidrioso) de distintos tonos de azul y un tercero de fayenza y de vidrio verde.
El cuarto collar “es el más elaborado y valioso”, según el investigador del CSIC José Manuel Galán, quien señaló que está formado por 74 piezas de distintas formas talladas en amatista, cornalina y otras piedras semipreciosas aún no identificadas, además de vidrio y siete amuletos de fayenza.
Un halcón de ámbar, representando al dios Horus, parece haber sido la figura central, flanqueado por dos escarabeos, amuletos egipcios con forma de escarabajo pelotero.
Según Galán, del Instituto de Lenguas y Culturas de Mediterráneo y Oriente Próximo y coordinador del proyecto Djehuty, el ajuar “sorprende” por su riqueza, tratándose de una persona tan joven y con un “ataúd relativamente modesto”.
En la zona de la necrópolis donde se encontraron estos restos se ordenó enterrar, al menos, a tres reyes de la dinastía XVII junto a miembros de sus familias y cortesanos de la época residentes en Tebas.