Autónomos: el 15% del PIB y el 17% del empleo se enfrentan a la crisis
Los comerciantes representan el 23% de todos los trabajadores por cuenta propia
La vida de Arnau Roma gira en torno a los pianos. Por las mañanas se desplaza de casas particulares, a salas de concierto y a escuelas para afinarlos; por la tarde abre las puertas de su pequeña tienda de venta de pianos situada en el barrio barcelonés de Gràcia. Roma es uno de los cientos de miles de autónomos en España, un colectivo extremadamente heterogéneo tanto desde el punto de vista geográfico como del de su actividad, pero que tiene en común que en estos momentos está siendo severamente golpeado por los efectos económicos de la epidemia de la Covid-19.
En total en España hay 3,2 millones de trabajadores por cuenta propia afiliados en la Seguridad Social, una cifra que supone el 17% de los 19 millones que hay en todo el país. Según datos de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), su impacto económico supone entre el 15% y el 18% del PIB. Los comerciantes o prestadores de servicios a clientes finales, como Arnau Roma, representan el arquetipo más común de autónomo del conjunto del Estado. Con un 23% en todo el país, se trata del sector más abundante en casi todas las provincias exceptuando aquellas más rurales –como es el caso de Almería, Cuenca, Lleida, Palencia y Huelva, entre otras–.
Pero, aunque porcentualmente el primer perfil de autónomo es el del comerciante, cuando se baja al segundo escalón emergen las diferencias entre los dos grandes centros urbanos y el resto del territorio. Tanto en Madrid como en Barcelona, el sector que más destaca por detrás del comercio, es el de los dedicados al ámbito científico técnico. Se trata de profesiones como los bufetes jurídicos, las gestorías, las agencias de publicidad, los despachos de arquitectura y los centros de investigación que se agrupan alrededor de los centros financieros y de negocios.
El peso de los autónomos refleja también las diferencias entre la estructura económica de los territorios. En este sentido, es llamativa la diferencia entre Barcelona y Madrid, que, aunque, en cifras absolutas, tienen un número similar de trabajadores por cuenta propia –en torno a 400.000– en porcentaje son distintas, con un 15,2% de los más de 2,6 millones de afiliados en la primera, y el 12,5% del total de 3,2 millones afiliados a la Seguridad Social, en la segunda. Precisamente, la Comunidad de Madrid es junto a Huelva y Álava, el territorio donde los autónomos representan un porcentaje más bajo del total de afiliados.
En cambio, coincide que algunas de las provincias rurales, que dependen más de la agricultura, la ganadería y la pesca son aquellas donde el peso de los trabajadores autónomos es mayor.
Por ejemplo, en Zamora, Lugo y Ávila el porcentaje asciende a más del 25% de los trabajadores registrados; en otras palabras uno de cuatro trabajadores afiliados lo es por cuenta propia.
Otro caso particularmente llamativo e indicativo de la estructura productiva de la zona, es la provincia de Gipuzkoa. El gran peso de su industria se hace palpable incluso entre los autónomos: es la única donde el sector mayoritario es el de la industria a manufacturera, con un 22,8%.
Más allá de esta excepción, el sector de la construcción y la hostelería son, por detrás de los comercios y la agricultura, otros de los que agrupan más autónomos. Concretamente, representan respectivamente, el 11,7 y el 9,7 del total de trabajadores por cuenta propia en España. Mientras que la construcción se alza como el segundo o tercer sector con más autónomos en la mayoría de territorios, la hostelería se concentra en las zonas con más afluencia turística com los archipiélagos canario y el balear.
Desde la ATA reclaman que el conjunto de autónomos está sufriendo con especial dureza los estragos económicos de la crisis de la Covid-19 ya que tan sólo pueden acceder a las ayudas aquellos que demuestren una caída del 75% de los ingresos. Su presidente, Lorenzo Amor, subraya que “hay autónomos que han tenido una caída de facturación inferior al 75% pero está en riesgo la viabilidad de su negocio y que en cambio no están recibiendo ningún tipo de prestación”. Según los cálculos de esta organización la cifra de autónomos que ha podido acceder a una prestación ronda alrededor del millón: “Calculamos que sólo han
Alrededor de dos tercios del colectivo se han quedado sin prestaciones por la crisis de la Covid-19
tenido acceso a ayudas un tercio de todo el colectivo”, explica Amor.
El caso de Arnau Roma es una excepción: él forma parte de la minoría de autónomos que por la naturaleza de su negocio sí se han podido beneficiar de los planes de ayuda.
Desde que el día 16 de marzo del estado de alarma forzó el cese de su actividad, Roma no ha ingresado ni un euro. “Si este mes me quedo a 0, ya será un éxito” explica en una entrevista telefónica.