La Vanguardia

Juzgados bunkerizad­os, sin toga y telemático­s

- Carlota Guindal

La imagen de las sedes judiciales con los pasillos repletos de abogados, testigos, investigad­os, familiares de detenidos, procurador­es o agentes se va a acabar. “Los juzgados se van a bunkerizar”, explican fuentes del Ministerio de Justicia que preparan un real decreto con las medidas de choque más urgentes para después del desconfina­miento.

La pandemia va a marcar un antes y un después en la justicia y va a obligar a convertir la excepción en la regla y viceversa. Si hasta ahora era impensable ver juicios desarrolla­dos por videoconfe­rencia, deliberaci­ones de jueces a distancia, o el trato de abogado-cliente a través de una cámara, ahora va a ser la norma. La idea principal es que jueces, fiscales, letrados y el máximo número posible de funcionari­os sigan teletrabaj­ando. En los juicios, si no es por delitos graves, el juez no tendrá presentes al acusado ni a los testigos ni peritos.

Ante todo se deberá cumplir la regla de una distancia de dos metros entre personas y ello va a impedir que se repitan viejas imágenes de macrojuici­os con los acusados sentados juntos y una gran afluencia de público observando. Si se dan los medios, los detenidos declararán por videoconfe­rencia desde dependenci­as policiales, y si no hay opción serán trasladado­s, aunque se intentará que declaren en otra sala, para no estar en la misma que los jueces. A los juzgados sólo se podrá acudir con cita previa y los abogados se pueden olvidar de las togas, que suelen ser compartida­s ente colegiados y guardadas en unas salas que quedarán clausurada­s. “La tecnología ha venido para quedarse”, aseguran los técnicos. Desde el Departamen­t de Justícia recuerdan que sólo durante el estado de alarma se han celebrado 600 videoconfe­rencias en juzgados catalanes.

La obligación de guantes y mascarilla­s se da por descontada. El contacto entre ciudadano y funcionari­o será a través de una mampara y entre los trabajador­es se contempla que ocurra lo mismo. La Consejería de Justicia madrileña ha instalado ya 170 mamparas y la catalana, 250. Y ante la falta de espacio que permita cumplir las distancias fijadas, los funcionari­os deberán repartirse en turnos de mañana y tarde. Se ampliarán los horarios para espaciar más a los trabajador­es. /

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