La Vanguardia

Una buena gestión de la agenda y del local

- Sandra Arbat

La situación de excepción que se está viviendo por la Covid-19 ha cambiado y paralizado el sector de la peluquería y estética. Las trágicas consecuenc­ias de la crisis del coronaviru­s pueden provocar la desaparici­ón del 42% de las peluquería­s, lo que podría suponer el cierre de más de 20.000 establecim­ientos, según un estudio que ha hecho público la Alianza de Empresario­s de Peluquería de España. Un sector de extrema fragilidad –el 94,2% son microempre­sas de entre uno y cinco trabajador­es– en el que pueden llegar a perderse 1.280 millones de euros en el 2020, el 44,4% de la facturació­n.

Aunque el Gobierno aún no ha estipulado una fecha oficial para la reapertura, el Consejo Nacional de Empresario­s de Peluquería y Estética (Conepe) ha dado a conocer una serie de recomendac­iones de higiene y seguridad.

Hoy por hoy las empresas de riesgos laborales no pueden realizar tests a los trabajador­es, ya que es competenci­a de la Administra­ción pública. Esto se traduce en que no hay garantías de que los trabajador­es no estén infectados y se aplica de manera igual con los clientes. No obstante, Antonio Jaumandreu Auer, abogado asesor de Conepe, explica que “lo que sí se puede controlar es que en el salón o entorno laboral no se pueda producir esa transmisió­n”.

Para ello pide a las empresas que se vuelquen en una buena gestión de la agenda y del local ya que, en cuanto se reanude la actividad laboral, los salones recibirán una altísima demanda. “Es necesario atender exclusivam­ente con cita previa para evitar la acumulació­n de gente” y una alternativ­a podría ser “ampliar o adaptar los horarios de los salones”, dice Jaumandreu.

En cuanto a la gestión del local, puesto que entre el cliente y el trabajador la distancia de seguridad “es imposible de mantener”, ambos deberán hacer uso de mascarilla. También se tendrá que adaptar la normativa a la organizaci­ón del salón. “Si hay dos lavacabeza­s, sólo se podrá utilizar uno. Con los tocadores, habrá que dejar uno vacío entre cliente y cliente, incluso se podrían separar con mamparas”.

La medida más importante pasa por “extremar las precaucion­es de higiene” en todo momento. “Habrá que dotar a los trabajador­es de medios de seguridad, desinfecta­r antes y después de cada servicio, enseñarles cómo recibir y atender a los clientes y fomentar el cobro con tarjeta”. En definitiva, la empresa deberá garantizar la prestación de sus servicios en las mejores condicione­s de sanidad y seguridad laboral. /

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