Detenidas 572 personas por violencia doméstica durante el confinamiento
El confinamiento se convierte en una etapa de especial sufrimiento para las víctimas de violencia doméstica. Mujeres que deben compartir 24 horas con su maltratador, abuelos que conviven sin descanso con el hijo que los agrede o amenaza, niños que sufren abusos sexuales o personas discapacitadas que son objeto de golpes o vejaciones. Los Mossos d’esquadra han detenido durante el primer mes de confinamiento a 572 personas por violencia de género. Son individuos que infligen semejante sufrimiento en cualquiera de esos supuestos. Los casos denunciados por violencia machista se han reducido un 50% respecto al mismo periodo del año pasado y la violencia de género ha registrado la misma tendencia a la baja disminuyendo un 36%. Pero el descenso de las cifras sólo evidencia que la violencia doméstica es una realidad silenciada y prevén que cuando se levanten las restricciones emerjan los casos de víctimas que no pudieron denunciar por culpa del control al que se han visto sometidas por parte de su agresor. Los Mossos han elaborado una guía para las personas víctimas de violencia doméstica con consejos para que confíen en alguna persona de su entorno o llamen al 112. El confinamiento además hace aflorar la conflictividad familiar. “Hermanos que se pelean por el uso de la consola, conflictos de padres con hijos que quieren salir y no les dejan..., nos encontramos con algunas de estas situaciones”, apunta Montse Escudé, jefa de la Unitat Central de Proximitat i Atenció al Ciutadà de los Mossos.
Los requerimientos por riñas en los domicilios han aumentado un 26% desde que empezó el aislamiento. No son situaciones vinculadas a la violencia doméstica sino derivadas del confinamiento forzado que tensa la relación entre los familiares que conviven bajo el mismo techo. “Normalmente nos avisan los vecinos cuando oyen discusiones subidas de tono”, resalta la inspectora.