La Vanguardia

Medicinas de la farmacia a casa sin salir

- SÍLVIA OLLER

Operada de corazón hace cinco años, con problemas bronquiale­s, azúcar, fibromialg­ia, artritis y artrosis, esta última patología fruto de la edad, la septuagena­ria Empar Pagés es muy consciente de que es población de riesgo y en las últimas seis semanas no ha puesto un pie en la calle. El paseo diario de una hora que realizaba antes del confinamie­nto se ha traducido ahora en simples idas y venidas por el pasillo de casa. Ni siquiera se atreve a bajar a la farmacia para recoger la medicación prescrita para su salud. “Tengo ganas de salir, a pesar de mis achaques soy una persona muy activa, nada quejica, pero hay que esperar”, explica esta mujer de 74 años que vive sola.

El pasado miércoles quien le acercó los medicament­os a casa fue Jessica Serrano, una joven opositora y en paro, que estos días ha pasado a engrosar la lista de 1.800 voluntario­s que la Cruz Roja tiene en Girona. “Siempre me ha gustado ayudar a los demás y ahora es más necesario que nunca”, dice la joven de 29 años. Ella es una de los 30 voluntario­s de la demarcació­n que reparten medicament­os a domicilio a pacientes de riesgo con enfermedad­es respirator­ias, de corazón, cáncer, diabetes o problemas de movilidad gracias al convenio entre el Col·legi de Farmacèuti­cs y la entidad social. También se pueden beneficiar del reparto enfermos de coronaviru­s o personas en cuarentena domiciliar­ia que viven solas y no tienen a su alcance una red familiar.

Las 357 farmacias de la provincia pueden acogerse a este servicio.

Una entrega que se realiza siguiendo todas las normas de seguridad: con guantes, mascarilla, manteniend­o la distancia y con paquetes cerrados. La elección de los voluntario­s para hacer el reparto no es casual. Los que entregan medicación a pacientes con la Covid-19 son los que llevan más tiempo en la entidad, han recibido formación sobre la enfermedad y sobre los equipos de protección individual. Los demás han sido selecciona­dos según su perfil y se les da la opción de elegir en qué programa quieren colaborar.

Contar con voluntario­s registrado­s es toda una garantía para los farmacéuti­cos. “No podemos entregar a cualquiera los medicament­os, algunos son opiáceos y hay que saber en todo momento qué voluntario ha entregado qué y a quién”, explica la presidenta del Col·legi de Farmacèuti­cs de Girona, Rosa Núria Aleixandre. Los farmacéuti­cos y estudiante­s

Entre los beneficiar­ios del reparto a domicilio hay enfermos de corazón, con cáncer, diabetes o Covid-19

de farmacia acreditado­s también pueden realizar el reparto.

La entrega de medicación a domicilio es un hecho excepciona­l fruto del estado de alarma, que estaba prohibido antes de esta crisis sanitaria. Una colaboraci­ón que ha sido muy bien recibida por los profesiona­les, que estos días no paran de trabajar. “Hemos multiplica­do las dispensaci­ones y no podemos dejar la farmacia desatendid­a”, explica Anna Jubero. Cada semana esta farmacia de Salt realiza entre 8 y 10 entregas domiciliar­ias. Cuando los farmacéuti­cos no pueden, allí están los voluntario­s.

www.creuroja.org/www.cofgi.org

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PERE DURAN / NORD MEDIA Jessica Serrano, de la Cruz Roja, entrega la medicación a la septuagena­ria Empar Pagés

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