La Vanguardia

Al fondo de la pantalla

- Ignacio Orovio

Casoplón con piscina? ¿Una mesa de sequoya? ¿Un televisor Sony 8K que acaba de salir al mercado por 62.000 euros? Nada de eso. El fondo que triunfa en las videollama­das es el de librería. En los últimos días circula por las redes el supuesto anuncio de un cartón que simula una pared repleta de libros, con un pie que permite colocarlo en cualquier lado. En cualquier lado no: justo detrás de donde estés manteniend­o una reunión de trabajo, o con amigos, mediante skype, jitsi, hangouts...

Un fondo con libros (y no una mansión, ni muebles o electrodom­ésticos lujosos) se ha convertido en el marco incomparab­le de nuestra intimidad, lo que no deja de ser sorprenden­te. ¿Por qué aparentar que tienes una casa llena de libros? ¿Porque nadie percibirá si realmente los has leído pero por contra descubrirí­an de inmediato que ese casoplón de ahí detrás, con tu empleo, simplement­e no puede ser tuyo? Ignoro si el anuncio responde a un producto realmente en venta (diría que no), pero el fondo del asunto es el mismo: no nos ofrecen aparentar con interioris­mo o productos de lujo sino con cultura. “Perfecto para actores, periodista­s y cómicos”, dice el anuncio. Precio: 150 euros, añade al pie. Es maravillos­o.

Porque si hasta ahora decidías qué mostrar en las redes sociales, hasta dónde abrías el grifo de tu intimidad (eso ha llegado a convertirs­e en una profesión), la pandemia nos ha obligado –por decirlo de algún modo–

La pandemia (y sus servidumbr­es) nos ha obligado a abrir ventanas hacia nuestras vidas privadas

a abrir una ventana dentro (o hacia) nuestras propias casas e intimidad. Que cada uno orienta hacia donde quiere, lógicament­e, y con el fondo (y contrapica­do, dioses) que quiere, pero hacia dentro, y con toda seguridad nos hemos planteado, antes de “conectar”, qué se veía detrás, qué porción de nosotros mostrábamo­s, qué contaba ese rectángulo doméstico. Porque… ¿el que elige pared blanca… oculta algo? ¿…por qué no quiere mostrar cómo es su casa? ¿Eh? Por supuesto que no han tardado en aparecer mejoras en las aplicacion­es que permiten borrar o desenfocar el fondo, detrás de tu busto, o eliminar el sonido ambiental. ¿Cuánto de todo esto –como repetimos últimament­e sin cesar– “ha llegado para quedarse”?

Mientras tanto, observamos el libro de Simon Schama sobre la Revolución Francesa ( Ciudadanos) que Iñaki Gabilondo tiene detrás en sus conexiones desde casa, la mesa (noble, ovalada) de Quim Torra, con un mantelito ocultando sobre qué ha colocado el ordenador para que le quede a la altura de los ojos, o el boli bic, y sobre la mesa (no la de diálogo) de Pedro Sánchez la jarra de agua en bandejita presidenci­al…

Esta ventana indiscreta está dando (y dará) muchísimo de sí. Hace un par de días, y a falta de otros goles, el periodismo deportivo celebró cómo por la pared del fondo, detrás de un conocido presentado­r de televisión, pasaba en plena conexión una mujer semidesnud­a. Nada, apenas un segundo por detrás del periodista: pronto se supo que era una colaborado­ra de la misma cadena, lo que obligó a ambos –maldito encuadre– a dar toda clase de explicacio­nes.

La pared era blanca, inmaculada.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain